HISTORIAS
Robots navegantes
Richard Jenkins, ingeniero mecánico de 39 años, se propuso en 1999 romper el record mundial de velocidad eólica. Luego de 10 años de arduo trabajo investigativo y de ingeniería alcanzó los 2029 km por hora conduciendo un vehículo en Nevada (Estados Unidos), logrando que el record mundial fuese suyo. Jenkins tomó como modelo la tecnología empleada para modificar su auto y lo aplicó a un nuevo dispositivo que hoy trasciende barreras.
Hasta la fecha, la compañía ha atravesado más de 60 000 millas marítimas en el Océano Pacífico y Atlántico, así como el Golfo de México y el Mar de Bering, haciendo uso de su invento. Se trata del Saildrone, un pequeño dron acuático en forma de velero que navega el mar recopilando información acerca de la temperatura de las aguas y realiza un conteo de las especies que viven en ellas, según The New York Times en su artículo titulado “No sailors needed: robort sailboats scour the oceans for data”.
La estructura del Saildrone está compuesta por velas de fibra, las cuales funcionan como las alas de una aeronave y empujan el velero a través del mar, por un sistema estabilizador de contrapeso en el frente y una pestaña de arrastre en la parte trasera que regula su ángulo respecto al viento, una quilla (pieza que atraviesa la parte baja de la embarcación, popa a proa, sosteniendo el armazón) y una hélice. Pero lo más importante de este artefacto reside en su sistema de escáner y rastreo conectado a través de un satélite a un centro de comando desde donde se le manipula y se almacena la información que este recoge en cada expedición.
Como se ha informado en artículos pasados (“Alerta mundial en el sector pesca”, “La sobre explotación es una amenaza para los océanos y las personas” y “Los océanos están en grandes problemas”), el mundo atraviesa momentos difíciles en cuanto los recursos marinos y el estado de conservación de las aguas. De acuerdo a diferentes estimaciones, de continuar consumiendo los recursos disponibles al ritmo con que se vienen haciendo pronto no habrá suficiente alimento para la población mundial. Por otro lado, la desmedida actividad del hombre sobre los océanos y la contaminación causada en base a esto y otras actividades degradan de manera sustancial la vida marina, alterando muchos factores incluso económicos y sociales.
En este sentido, la importancia del Saildrone se encuentra en que puede brindar vasta información sobre el incremento de la temperatura del mar (lo cual afecta los ciclos de vida de los animales), así como mantener un conteo más preciso de las especies e identificar aquellas que se encuentren en riesgo. “Una vez que se tiene la data y esta es estadísticamente significativa y válida, se puede continuar con el siguiente paso, que es encontrar qué reformas estructurales se necesitan realizar”, señala Chamath Palihapitiya, fundador de The Social Capital Foundation (organización dedicada a la concientización de las personas en distintos aspectos.
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