PERSONAS
El cuidado infantil en las elecciones estadounidenses
Uno de los temas que ha generado controversia en la campaña para llegar a la casa blanca es el cuidado infantil.
El plan de Clinton menciona que ninguna familia destinará más del 10% de sus ingresos en el cuidado infantil. Esto sería positivo para las familias pobres, ya que el 10% de la mediana de los ingresos es de USD 5700 dólares y el costo de cuidado es de USD 1,2 000, lo cual significa que el Estado correría con la mayor cantidad de gastos.
El plan de Trump permitiría deducir el costo directamente de los impuestos. Pero el tope de este costo es el costo promedio del cuidado infantil en su área. En el caso de Trump, su plan no busca que más madres puedan vencer las barreras de género y trabajar, ya que la deducción de impuestos es la misma trabajen o no. Esto terminaría siendo finalmente una subvención para que más madres se queden en casa.
Precisamente, en relación con esto, un reciente artículo de The Economist, titulado, Clinton would subsidise child care; Trump would subsidise parenthood tiene una aproximación escéptica y plantea alternativas a las ideas de ambos candidatos.
El punto de partida es que el cuidado de los niños puede llegar a tener costos tan elevados que en la mayoría de casos la madre opta por dejar de trabajar y encargarse de ellos. Por ello, ambos candidatos plantean la necesidad de hacer algo, aunque por propósitos distintos.
Si una madre recibe un sueldo de acuerdo a su productividad y el precio del cuidado infantil (una niñera) coincide con este, no hay pérdidas económicas si la madre elige quedarse en casa. El sueldo del trabajo que deja, en este supuesto, iría a parar al empleado que antes contrataba para cuidado infantil.
Otro caso sería si la madre tiene altos ingresos porque la diferencia entre lo que gana y lo que gasta en cuidado infantil, el excedente, sería el beneficio para la economía por su elección de laborar. Es decir, se ve incentivada a trabajar.
Lo que The Economist plantea que hay que tener en cuenta frente a estos supuestos es que lo mejor sería subsidiar la paternidad con un crédito fiscal por hijo, de modo que individualizar el cuidado tendría un fin social, ya que no dependería exclusivamente de la elección de la madre.
La mujer podría tomar decisiones sin verse en la encrucijada de cuidar a sus hijos o trabajar, a diferencia de lo que provocaría ir por alguna de la propuesta de los candidatos que es dar incentivos financieros para que la mujer enmiende sus “decisiones”.
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