PERSONAS
La inequidad de género es real
Sheryl Sandberg, fundadora de Leanin.org y autora de “Lean In” sugiere que las compañías pueden establecer metas de progreso y alentar a las mujeres a negociar en un mundo donde la inequidad de género afecta el desempeño laboral de las mujeres. Por lo menos, así lo plantea en su artículo en Wall Street Journal, titulado Sheryl Sandberg: Women Are Leaning In—but They Face Pushback.
En este Sandberg cita el estudio “Women in the Workplace 2016” por Leanin.org y McKinsey & Co., el cual resume la situación laboral de las mujeres en EE.UU. basada en una encuesta a 132 compañías que emplean a más de 4.6 millones de personas.
Los resultados son reveladores, las mujeres están poco representadas en todos los niveles corporativos y tienen menos del 30% de puestos ejecutivos administrativos. Además, enfrentan limitaciones en su ascenso laboral desde el principio, aun cuando esto disminuye al envejecer.
La situación es más compleja en el caso de las mujeres de color en general, a pesar de que este grupo es el que más desea estar en puestos más importantes.
Lo positivo es que ahora las mujeres negocian por incrementos y ascensos tanto como los hombres, sin embargo, aquellas que lo hacen tienen menos chance de obtenerlo. El 67% de ellas serán calificadas como “intimidantes”, “agresivas” y mandonas frente a las que no negocian mejoras salariales. Este rechazo se debe a nuestros preconceptos inconscientes de género, pues mientras en los varones es valorado positivamente que quieran ascensos o mejoras salariales, en el caso de las mujeres se espera que sean colaborativas, maternales y entregadas al equipo.
Como resultado de ello, los jefes de las mujeres no dedican mucho tiempo a darles feedback de su trabajo, como si no fuera necesario que se reconozcan sus aportes o estos no fueran relevantes. Por esta razón tres veces más mujeres que hombres piensan que su género les dificulta avanzar profesionalmente, obtener un ascenso o un aumento en el trabajo.
El problema con estos resultados en la primera potencia mundial es que el mismo estudio da luces que resolver esta brecha de igualdad de género es tan bueno para el negocio como para los individuos, ya que produce mejores resultados económicos, creando mayores oportunidades para todos.
El 78% de los CEOs reporta la igualdad de género entre sus 10 prioridades, pero solo la mitad de administradores sabe cómo acortar las brechas y solo el 25% de empleados ve los intentos por cambiarlo.
Para solucionarlo, la propuesta es medir el progreso en función de la igualdad de género, así como brindar entrenamiento libre de estereotipos de género, lo cual puede modificar el trato en el trabajo y así crear mayores oportunidades para las mujeres.
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