Cuando una mujer habla

Michelle Obama habló claro, alto y fuerte. Y le dijo a Donald J. Trump que ella ni nadie en los EE.UU. están dispuestos a tolerar más sus comentarios denigrantes contra las mujeres.

Lo hizo, como primera dama de los EE.UU., como mujer y como madre, en medio de una manifestación en New Hampshire y como dice un estupendo artículo de New York Times, titulado Voice Shaking, Michelle Obama Calls Trump Comments on Women ‘Intolerable’, con una voz emocionada por la indignación.

La señora Obama dijo que lo que está ocurriendo “no es normal, no es la política que ella conoce” y calificó de “vergonzosas e intolerables” las palabras con las que el candidato Trump se ha referido a las mujeres.

Sabiendo que con sus palabras se ponía en el centro de la campaña política, Michelle Obama pidió al pueblo estadounidense que se levante y que diga que ya es suficiente, en clara alusión a que no puede creer que un candidato a ser el nuevo inquilino de la Casa Blanca se jacte de agredir sexualmente a las mujeres.

Hizo una confesión personal, y con su mano en el pecho, dijo que esta situación la estaba tocando personalmente como mujer y como madre, aprovechando para empoderar a las mujeres a levantarse contra el abuso sexual y el acoso en todos los contextos.

Y dijo que los hombres de su vida no hablan de las mujeres de esta manera, descartando la tesis de que los hombres hablan de forma común de esa manera insultante sobre las mujeres. Los hombres decentes no lo hacen.

El resto de sus palabras fueron para destacar a Clinton como alguien que encarna los valores que los EE.UU. quiere transmitir a los jóvenes, porque cualquier padre quisiera tener una hija como ella.

También invocó a quienes no creen en Clinton a dejar de lado el discurso de la mentira y del escándalo como alternativa, de lo contrario las nuevas generaciónes entenderán que eso que están viendo es válido, que sus padres respaldan al abusador.

Nuevamente volvió a pedir el voto para Clinton y con ello decirle a los malos políticos que no está bien humillar a las mujeres.