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Café para evitar la demencia

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Unas tres tazas de café o seis de té negro equivale a 261 miligramos de cafeína.
07 de octubre de 2016
Red star
Por qué es importante
Los investigadores creen que hay que profundizar las investigaciones para establecer una relación directa entre el consumo del café y la menor probabilidad de demencia.

El café es conocido por tener muchísimos beneficios en el día a día de muchas personas. Tanto así, que mucha gente confiesa que sin su dosis de café diaria no pueden funcionar completamente como deberían. Sin embargo, los beneficios del café van más allá del mundo del trabajo, de poder concentrarse y de sentirse más despiertos.

El café también tiene ciertos beneficios, como por ejemplo, reducir las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2, como se explica en el artículo de este portal “Café: luces sobre sus efectos”. Sin embargo, también podría ser que su consumo ayude a las conexiones cerebrales, ya que el artículo de The Independent, titulado “Drinking coffee every day could 'help prevent dementia'”, afirma que existe una posibilidad de que ayude a combatir la demencia senil.

Para llegar a este postulado, un grupo de científicos analizó los hábitos de consumo de café de 6,500 mujeres de entre 65 y 80 años. Todos los resultados de este estudio fueron publicados en The Journals of Gerontology, bajo el título “Relationships Between Caffeine Intake and Risk for Probable Dementia or Global Cognitive Impairment: The Women’s Health Initiative Memory Study”.

En este se encontró que las mujeres que consumían más de 261 miligramos de cafeína al día tenían un 36% menos de posibilidades de desarrollar demencia senil al envejecer. Esto significa unas tres tazas de café al día o seis tazas de té negro al día. Por lo tanto, no sería suficiente el café de la mañana, ni se sabe si los beneficios aumentan si se consume más que esto diariamente.

Más allá de esto, los autores del estudio señalaron que fue interesante realizarlo, ya que es la primera vez que se puede analizar directamente la relación entre el consumo del café y el desarrollo de este conocido y común trastorno.

Sin embargo, la autora principal del estudio, Ira Driscoll, señaló que lo que encontró en el estudio no puede ser considerado concluyente y se debería seguir investigando. Los resultados del estudio no permiten establecer un vínculo directo de ambas cosas, pero cree que con más estudios esto podría confirmarse o ser descartado.

Mientras esto ocurre tampoco hay que excederse porque en el camino se puede pillar una tremenda gastritis por el abuso de la cafeína.