PERSONAS
Cuando la pizarra no es suficiente, hay que salir a la calle
La profesora Sara Stidstone nació para ser agente de cambio. Quizá por eso se hizo maestra porque enseñar es una forma maravillosa de hacer que personas jóvenes entiendan que la raza humana está en un problema enorme por no cuidar el planeta.
Stidstone cuenta que ella empezó a enseñar historia medioambiental en los noventa. En ese tiempo enseñaba con una visión sumamente positiva del futuro y se esmeraba en que sus alumnos comprendieran lo importante que era trabajar de forma conjunta en todo lo relacionado con el cuidado del medio ambiente.
Por eso cuenta, en sus clases contaba a sus alumnos con orgullo como el partido republicano y el demócrata se unieron para formar la Agencia de Protección Ambiental Estadounidense (EPA), y que gracias a ella, hay una entidad que vela para que todos los estadounidenses vivan en un mundo mejor.
A medida que pasó el tiempo, las noticias sobre el impacto del cambio climático en el mundo, le hicieron reflexionar que había algo que no estaba funcionando. Incluso, su aporte personal era insuficiente para evitar la producción de enormes cantidades de gases de efecto invernadero.
Además, se dio cuenta que había políticos que pretendían negar la existencia de los efectos del cambio climático.
En ese momento, se dijo así misma que su trabajo como maestra enseñando sobre el cuidado del medio ambiente era insuficiente incluso para inspirar a sus alumnos a luchar por causas justas, según da cuenta un interesante artículo de EcoWatch titulado “From Ivory Tower to Behind Bars: Professor Joins Climate Activists in New York Fracking Pipeline Fight”.
En este, Stidstone admite que todo esto la motivó a salir a las calles a protestar, decidida a convertirse en agente de cambio. Y no se trata de protestar por hacerlo, sino por el medio ambiente y en contra de proyectos que solo benefician a uno y perjudican a toda la sociedad porque ponen en riesgo el ambiente donde viven miles de personas.
Una de las causas elegidas por Stidstone es el del proyecto Spectra en West Roxbury en Boston EE.UU., donde las personas se han colocado en los huecos de las tuberías de gas para evitar que se continúe con el proyecto.
Recientemente, su participación en una marcha contra el mismo, la llevó a ser arrestada, cosa que no la ha desalentado y quiere continuar con sus esfuerzos para evitar que proyectos como este se desarrollen.
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