IDEAS
IKEA: cómo diseñar productos pensando en el empaque.
Hace un tiempo, hubo un proyecto para mejorar el diseño de la artesanía de arcilla en Quinua, Ayacucho, y el resultado fueron piezas trabajadas ya no con un enfoque puramente étnico sino más utilitario que podía tener un mercado mucho más amplio que la artesanía étnica. El problema se presentó cuando clientes del exterior pidieron algunas muestras y los artesanos no sabían cómo empacar las piezas para que no se quiebren; y, menos aún tenían los envases adecuados para ello.
Algo similar sucede con los muebles que se exportan. Los carpinteros hacen excelentes trabajos y luego de acabarlos, empiezan a pensar cómo embalarlos para que puedan apilarse mejor en un contenedor, sean menos voluminosos, sean menos vulnerables a los cambios de temperatura; y se garantice su llegada en buen estado.
Por eso, no sorprende que empresas como IKEA estén obsesionadas con el empacado, y piensen en este incluso antes de fabricar sus productos.
Esta obsesión tiene que ver con el logro de mayores niveles de eficiencia y una meta de crecimiento que se han planteado para 2020 que los obliga a crecer a tasas de 10% anual, bajo la premisa que cualquier material que se puede ahorrar es un costo menor en los productos; así como cualquier ganancia en eficiencia en los empaques es un menor flete que se puede reducir para poder vender sus productos a menor precio.
IKEA describe esta preferencia como la guerra contra el aire o las piezas sólidas que obligan a contar con empaques muy voluminosos. Por ello prefieren piezas desmontables que permiten reducir los tamaños de los envases. Eso les permite ahorrar en la cantidad de los camiones que transitan en las carreteras y mejoran el precio final que deben pagar sus clientes.
La única desventaja de su esquema de trabajo es que, a mayor cantidad de piezas, el montaje de los muebles es más complicado, lo cual incluso puede derivar en un conflicto familiar.
En una entrevista reciente, Allan Dickner, el gerente de empaque de IKEA, señaló que en IKEA tratan de buscar un equilibrio, pero lo que está resultando más apropiado es diseñar los muebles teniendo en mente el embalaje que requerirán desde el inicio.
Para eso, IKEA cuenta con todo un equipo de diseñadores que utilizan softwares para calcular los tamaños y formas óptimas de envases para que no resulten muy costosos los gastos de envío. No por nada, IKEA tiene la meta de incrementar sus ventas a USD 56 mil millones en 2020.
Sin duda este es un desafío para todas las empresas y todos los sectores, dado el porcentaje que representan cada vez más los costos logísticos en el comercio.
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