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China: las madres no quieren más hijos

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Las madres chinas no han reaccionado bien a la nueva política del gobierno para que tengan al segundo hijo.
21 de octubre de 2016
Red star
Por qué es importante
Las madres chinas reclaman que el partido de gobierno crea que las mujeres son como animales a los cuales se les puede decir lo que deben hacer con su cuerpo.

Cuando el gobierno chino estableció la política del hijo único pensó en la necesidad de realizar grandes transformaciones sociales que exigían controlar el aumento de la población y lo hizo decretando abortos forzados y abusando de su poder. Con el paso de los años la tasa de natalidad se fue reduciendo y la población envejeciendo lo cual se convirtió en un problema para la economía de ese país.

Por eso, el gobierno decidió acabar con dicha medida y promover que las familias empiecen a tener más hijos (segundo).

Lo que nadie esperaba es la respuesta que han dado las mujeres, según señala el artículo de The Washington Post, titulado “China drops one-child policy, but ‘exhausted’ tiger moms say one is plenty”. 

Las mujeres no son animales. El gobierno no tiene en cuenta para nada que no puede decidir por las personas y vulnerar los derechos fundamentales de toda persona. El partido político de gobierno no puede tratar a las mujeres como animales y un día decirles que no tengan más hijos y tiempo después cambiar de opinión, en clara referencia a la imposición que estableció en su momento Mao Zedong y la que dio el gobierno después de su muerte.

La política del hijo único ha sido internalizada. El régimen fue tan severo que se terminó integrando a la cultura china de una manera impresionante. Los ciudadanos, al tener un solo hijo concentraban todo su tiempo en él. Y es que la cultura china apoya muchísimo la competencia, llegando al punto de ser muy agresiva.

Los padres de familia llegan a sentir temor de que sus hijos no lleguen a kínder sin saber inglés, una gran cantidad de caracteres chinos y al menos tocar un instrumento. De esta forma, los padres chinos reciben una gran presión desde que el hijo nace y afirman no estar listos ni dispuestos a tener un segundo hijo, ya que sólo uno les quita todo el tiempo y gran parte del dinero que tienen.

Como consecuencia de esta reacción, el gobierno ha tenido que cambiar de estrategia y según ha trascendido ya no promociona agresivamente que se tengan más hijos y en su lugar gasta dinero en presentar estudios que señalen que las familias sí lo están haciendo, algunos de los cuales resultan dudosos para la mayor parte de la población.

En un país donde hay tanta represión al ejercicio de las libertades fundamentales, es bueno saber que las mujeres están decididas a no dejarse amilanar por las decisiones del partido político de gobierno.