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En la pelea del siglo, se impuso el cálculo a la extravagancia

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Arrow red
04 de mayo de 2015
Red star
Por qué es importante
Las apariencias pueden resultar engañosas. Mayweather parece indisciplinado pero no lo es, al menos, para planear sus peleas.

En el marco de lo que se presentó como la “pelea del siglo”, ayer se enfrentaron en La Vegas, Floyd Mayweather (Estados Unidos, 38) y Manny Pacquiao (Filipinas, 36). El espectáculo, que fue valorizado entre US$400 y US$500 millones, batió todos los records históricos.

  • Se estima que la pelea alcanzó el valor total más alto por minuto de la historia del deporte, pues el evento generó negocios por una valor que fluctuó entre los US$400 y US$500 millones por un máximo de 12 rounds de boxeo, es decir, 36 minutos.
  • Solo en Estados Unidos, cerca de 3 millones de hogares pagaron aproximadamente US$100 por ver la pelea por cable, generando un ingreso combinado de US$300 millones antes de contar cualquier otro ingreso.
  • De los 16,800 tickets disponibles para la pelea, solo 500 se vendieron al público a precios que fluctuaron entre los US$1,500 y US$7,500. 
  • En reventa, hay quienes pagaron entre US$40 mil y US$100 mil por entrada.
  • Según al acuerdo al que llegaron ambos boxeadores, Mayweather recibirá 60% de los ingresos, gane o pierda, en virtud de los altos índices históricos de audiencia con los que contaban. 

En dicha pelea, más allá de la publicidad prefabricada estaban dos hombres con historias de vida difíciles y estilos de pelear totalmente distintos.

  • La historia de Mayweather no siempre fue la de un niño feliz. Nació en 1977 en una familia de boxeadores. Su contacto con la violencia fue prematuro. Su padre, quien además de boxeador era dealer de drogas y hoy es su entrenador, lo utilizaba como escudo cuando era amenazado con una pistola. Su madre era también adicta a las drogas. Hay quienes señalan que nunca aprendió a leer bien. Mayweather es un hombre extravagante: su colección de autos Bugattis, su ropero lleno de de ropa de diseñador que solo usa una vez, y el séquito de acompañantes que lo sigue a todas partes, lo confirman. Sin embargo, pelea de manera conservadora. En el ring, no es un improvisado pues elige estratégicamente sus peleas y estudia a sus oponentes con detalle. Gracias a esto hasta antes de la pelea con Pacquiao tenía un record impecable: 47 victorias en 47 peleas profesionales a lo largo de dos décadas.
  • La vida de Pacquiao no ha sido tampoco un paseo por el parque. De niño trabajó como reciclador y vivió en condiciones muy humildes. Sin la pobreza y escasez que vivió, probablemente Pacquiao nunca habría sido boxeador: solo se interesó en dicho deporte cuando vio que con su talento para pelear podría alimentar a su familia. Pacquiao es una celebridad en Filipinas: ya existe una postal con su rostro y la mayoría de la población lo reconoce como un hombre generoso que desde niño compartía las ganancias de sus peleas con sus compañeros de clase. Hoy, además de empresario, es Congresista y se especula que en el futuro sería candidato a la presidencia de Filipinas. A diferencia de Mayweather, Pacquiao es un hombre conservador que pelea de manera extravagante, con más inspiración que cálculo.

En la pelea de ayer, se impuso, por decisión unánime, el cálculo sobre la inspiración. Mayweather trabajó de manera muy metódica su triunfo y ya está a una sola pelea del retiro. Si consigue una victoria en su próxima pelea de setiembre, habrá igualado el reto del célebre Rocky Marciano. Pacquiao, por su parte, se lamentará el resto de su vida haber llegado disminuido físicamente a esta pelea pero seguirá probablemente haciendo historia en alguna de las múltiples facetas de su vida.