IDEAS
El metabolismo y la obesidad
La Organización Mundial de la Salud y diversas organizaciones dedicadas a temas de salud han alertado sobre la importancia de luchar contra la obesidad, lo que ha motivado que muchos países empiecen a diseñar políticas públicas que favorezcan una alimentación más saludable y mayor actividad física.
Por eso, ha llamado la atención, un nuevo estudio que afirma haber encontrado una forma de disminuir los niveles de obesidad, según da cuenta el artículo de HNGN, titulado “Obesity treatment breakthrough: US researchers discover a new way to increase metabolic rate”.
Se trata de un nuevo método que no incluye ninguna de las recomendaciones tradicionales brindadas por los doctores, es decir, una dieta balanceada y ejercicio diario, sino que más bien se enfoca en activar ciertos químicos dentro del cuerpo para curar la obesidad y otras enfermedades metabólicas asociadas.
El estudio, publicado bajo el nombre “New molecule may help fight obesity by converting 'bad' fat to 'good' fat” en el portal FASEB, afirma que se puede conseguir esto cambiando la “mala” grasa por grasa “buena”. Esto se conseguiría utilizando un receptor de estrógeno (ER – Beta), el cual activaría un químico (Beta – LGND2) que ayudaría a mejorar el metabolismo. Esto es conseguido al convertir la grasa blanca en grasa marrón. Esta última es conocida por ser beneficiosa para la salud, además de ayudar con la disminución del peso y el incremento del metabolismo.
Los investigadores llegaron a esta conclusión mediante un experimento con ratones. En este, separaron a los ratones en tres grupos. El primero consumió una dieta normal; los otros dos grupos fueron alimentados hasta volver a los ratones obesos. Consecuentemente, a uno de estos grupos se le trató con el químico Beta – LGND2. Al finalizar el estudio, este grupo era considerablemente más delgado, además de presentar mejor metabolismo que el resto. Finalizado el estudio, los investigadores creen que el químico podría tener un efecto similar en los seres humanos.
Además, dijeron que es vital cambiar la forma de ver la obesidad. Esta suele ser vista más como un problema y no como una causa de mortalidad. Si bien en sí la obesidad no lleva a la muerte, sí da paso a una serie de consecuencias que llevan a empeorar la salud del individuo, provocando inevitablemente a su muerte.
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