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¿Hacia una burbuja del ajo?
Un reciente artículo de Financial Times, titulado China grapples with garlic price bubble, debería llamar la atención de todos, porque el ajo es el ingrediente principal de casi todas las gastronomías de oriente y occidente y podríamos estar en riesgo de entrar en un periodo de escasez por la mala cosecha en China del último año, debido al mal clima que pasó de fuertes lluvias a nevadas, lo que provocó que se dañara la cosecha de este año.
Lo que ocurra en el mercado de China con el ajo es clave porque el 80% de las exportaciones de ajo provienen de ese país. Le sigue India, con el que comparte la gran afición a este condimento.
Así que si China no produce el ajo suficiente, no solo subirá el precio sino que la especulación provocará la escasez para algunos mercados que dependen de la producción de ese país.
Precisamente, este año lo que observan los grandes distribuidores holandeses es que ha habido mucha especulación de quienes sabían que la cosecha era mala y se apresuraron a acaparar para ganar con el diferencial de precio que provocaría la escasez.
De acuerdo al artículo, esto sería también resultado, de los nuevos límites a las negociaciones de acciones en la Bolsa China que han hecho que los inversionistas se refugian en las materias primas para obtener las ganancias acostumbradas.
Actualmente, los precios habrían superado los niveles que alcanzaron entre 2009 y 2010, cuando una amenaza de reducción de superficie de cultivo del ajo, motivó al alza los precios de la producción.
A la situación que se ha presentado en China, se suma lo que ha ocurrido en Estados Unidos, donde se han reducido los cultivos.
Si bien es posible que el próximo año la producción se normalice, lo que es cierto es que hay que estar atentos a la posibilidad que se genere un nicho de mercado para las regiones peruanas (Arequipa, Cajamarca y La Libertad) donde es posible producir ajo, con el fin de atender algunos mercados nuevos, además de los países andinos que ya atendemos como México, Ecuador y Brasil que no necesariamente pagan los precios que deben.
¿Alguien puede imaginarse un mundo sin ajo?
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