PERSONAS
Los efectos dañinos de ciertas formas de paternidad
Criar hijos no es algo sencillo y no hay recetas ganadoras para hacerlo. Sin embargo, lo que sí es cierto es que es existen algunas formas mejores que otras y los estudios están para decirlas.
A lo largo de los años, se ha encontrado que los hijos maduran según la forma en la que son criados, lo cual significa que algunas formas pueden ser más asertivas que otras. Sin embargo, hasta el momento solo se sabía que la forma de crianza podía ayudar o dañar psicológica y emocionalmente a los hijos.
Un reciente estudio ha establecido que la forma en que se educa también puede afectar la salud física de las personas de diversas maneras. Entre ellas, provocarle inflamaciones y un sistema inmunológico hiperactivo, afirma el artículo de The Wall Street Journal, titulado “Research Finds Parenting Style Affects Children in Unexpected Ways”.
En estudio se compara distintos métodos de crianza. Entre ellos, uno conocido como “bajo monitoreo y supervisión” que fue el que resultó ser uno de los más dañinos. En este, los padres no saben dónde están sus hijos ni que es lo que están haciendo, tampoco les dicen a dónde van ellos si es que van a salir. Esto puede ser comprendido como una forma de dotar al infante con libertad y autonomía. Sin embargo, la más de las veces es más de lo que pueden controlar a una corta edad.
Los efectos, por otro lado, son sumamente dañinos. Los niños presentan inflamaciones y un sistema inmunológico más activo de lo normal, lo cual favorece las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, los investigadores aún no saben si es que podrían llegar a desarrollarlas y deberían continuar monitoreando a los niños para ver si se manifiestan con el tiempo.
Si bien el estudio se enfoca en enfermedades con efectos físicos, otros estudios ya han evaluado cómo es que afecta la crianza en otros aspectos. Por ejemplo, un estudio publicado en PLOS One, titulado “Observed Measures of Negative Parenting Predict Brain Development during Adolescence”, examinó cómo afecta el entorno familiar en el desarrollo del cerebro.
En el estudio encontraron que si una madre se comportaba de forma agresiva constantemente, esto podía afectar las áreas del cerebro asociadas con el pensamiento, planeamiento y la respuesta a recompensas.
Sin embargo, con esto no se quiere decir que los padres deban tratar a sus hijos con plumas y no molestarse por nada. Todo lo contrario, un comportamiento así también trae consecuencias negativas.
Lo que hay que buscar es un balance, ya que esto es lo que hará que el niño crezca de la mejor manera.
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