El padre de la fertilización in vitro

Es probable que pocas personas puedan presumir de haber ayudado a traer al mundo a 5 millones de bebés, cifra de los que se calcula han nacido en los EE.UU. por fecundación in-vitro, una técnica de la medicina reproductiva que Howard W. Jones Jr. ayudó a crear. A los 104 años, se lleva no solo ese record sino el secreto de haber llegado a esa edad con sus plenas facultades mentales. Por ejemplo, el año pasado publicó su último libro denominado In Vitro Fertilization Comes to America: Memoir of a Medical Breakthrough, el cual lo escribió a mano como hacía con todos sus artículos.

Haciendo un poco de historia, fue en 1965 que Jones supervisó la investigación del John Hopkins que se convirtió en la primera fertilización asistida exitosa en el mundo de un óvulo humano fuera del cuerpo, in-vitro, en una placa de Petri. Más tarde, en 1981, conjuntamente con su esposa, la ginecóloga endocrinóloga, Georgeanna Seegar, supervisó el nacimiento del primer bebé probeta. A continuación, algunos hitos de su vida:

• Jones nació en 1910 en Baltimore, fue hijo de médico y murió siendo padre de dos médicos.
• Después de graduarse de la universidad de Amherst en 1931, ingresó en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
• Durante la Segunda Guerra Mundial, se unió al Ejército y se desempeñó como cirujano general en el campo de batalla del Tercer Ejército bajo el mando del general George S. Patton Jr..
• Cuando volvió a Johns Hopkins después de la guerra, pasó seis meses como residente en ginecología. Él y su esposa se unieron a la facultad de la Universidad Johns Hopkins a tiempo parcial en 1948 y se convirtieron en profesores de tiempo completo en 1960, para jubilarse en 1978 cuando este cumplió los 65 años.
• A esa edad se fue a trabajar al Eastern Virginia Medical School en Norfolk y tres años después logró el nacimiento del primer bebé probeta en los Estados Unidos.

En la reseña que hace el propio John Hopkins, se indica que Jones también habría sido pionero en la realización de operaciones en pacientes intersexuales como las hermafroditas y otros casos similares, así como en la realización de las primeras operaciones de cambio de sexo para transexuales.

En 2000 se retiró de la práctica médica para cuidar a su esposa que había sido diagnosticada con la enfermedad de Alzheimer y que murió en 2005 a la edad de 92 años.

Cuando alguien le preguntaba cuál era el secreto de su longevidad, se dice que nunca se refirió ni a la dieta ni al ejercicio sino a la fortuna de haber tenido un matrimonio maravilloso, una gran vida familiar y a la oportunidad que tuvo de seguir trabajando hasta el final.

Toda una historia de vida que hay que celebrar.