Consumo de carne y el compromiso con el ambiente

Si bien el veganismo se ha vuelto una tendencia creciente en los últimos años, muchas personas no se sienten convencidas por los argumentos que los veganos y vegetarianos plantean.

¿Pasaría lo mismo si las personas empiezan a tener pruebas sobre cómo impacta su dieta de alimentos en la contaminación del planeta?

Según numerosos estudios, tener una dieta con menos productos animales reduciría la huella de carbono que cada persona deja en el planeta con su consumo, afirma el artículo de ZME Science, titulado “Comprehensive study finds that sustainable eating could save the planet”.

El estudio elaborado por Lukasz Aleksandrowicz se dedica a analizar 63 estudios diferentes en los cuales se toca el tema de una dieta con menos productos animales. Como se sabe, criar a los animales para luego convertirlos en comida significa un gasto enorme de recursos, además de la emisión de gases contaminantes. Por ejemplo, muchos de los estudios señalan que la crianza de ganado es culpable del 15.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo.

Sin embargo, cambiar la dieta significaría una reducción de las emisiones personales en un 70 a 80%, además de reducir el consumo de agua en un 50%.

Aleksandrowicz analizó 14 tipos distintos de dieta y creó 220 escenarios para ver cómo reaccionaban las dietas. Un total de 197 escenarios mostraron que se reduciría el impacto en el ambiente al cambiar a una de las dietas propuestas, entre las cuales resaltaron las siguientes: vegana, vegetariana y una tercera basada en pescado. Estas conseguían que las emisiones de gas de efecto invernadero, el uso de agua y el uso de tierra se redujeran en un 22%, 28% y 18%, respectivamente.

En otras palabras, reducir el número de productos animales que se consumen sí tendría un impacto en el medio ambiente.

Este último punto es importante subrayarlo. Si se desea cambiar la realidad en la que se vive resulta ingenuo pretender alcanzar metas alejadas de esta. En una gran parte del mundo, eliminar completamente los productos animales es impensable. Es por eso que el estudio desarrollado por Aleksandrowicz planea reducir más no eliminar la ingesta de animales.

Bajo esa premisa, cada persona decide cuánto contribuye o no con el cambio climático.