Las mujeres fuertes y el romance

El feminismo es un tema complicado de entender. La mayoría está de acuerdo en luchar por un mundo donde las oportunidades y beneficios para ambos géneros sean iguales. Las cosas se complican cuando bajo la bandera del feminismo, algunas mujeres se desnudan o empiezan a pintar iglesias para llamar la atención sobre las brechas que aún existen entre mujeres y hombres.

Con esta última imagen en la cabeza, es comprensible que muchos hombres sientan miedo de establecer una relación con una mujer con ideas propias, independientemente de si llega a ser o no una feminista radical. Sin embargo, la verdad parece estar bastante alejada de lo que se plantea. En el artículo titulado de Quartz, titulado “Feminism isn’t killing romance—it’s improving it”, se explora la evidencia acerca de este fenómeno de nuestro tiempo y su relación con el romance.

Como todos saben, la manera “convencional” de que se inicie una relación amorosa comienza con el hombre invitando a la mujer a salir o siendo quien da el primer paso hacia esa posibilidad. Además, una vez iniciada la relación, es el hombre quién asume el rol de liderazgo en la relación y finalmente quien decide qué tanto avanza esta. Si se llega al matrimonio, el rol del hombre es actuar como proveedor y se asume que la labor de la mujer es cuidar a los hijos y encargarse de la casa. Sin embargo, cada vez más mujeres están asumiendo roles tradicionalmente masculinos, siendo ellas las que toman la iniciativa para empezar una relación amorosa.

Si bien muchos hombres podrían sentirse atemorizados por esta idea, la realidad es que la evidencia indica que no existe motivo por el cual su reacción debería ser esa. Por el contrario, muchas de las insatisfacciones de una relación surgen por tratar de apegarse a las normas establecidas. Al sentirse obligados a seguir el papel que la sociedad ha establecido, muchas personas terminan sintiéndose miserables, ya que se sienten obligados a actuar para satisfacer a la sociedad.

Cuando estos convencionalismos se dejan de lado y el hombre, por ejemplo, empieza a encargarse de labores del hogar y a dejar de ir al trabajo cuando su esposa da a luz, la evidencia indica que el matrimonio se fortalece. Además, la evidencia indica que las relaciones donde la mujer tiene un rol fuerte y hasta preponderante, suelen generar mayor satisfacción personal y sexual en ambas partes. Esto se refleja en una relación más saludable donde las cosas se conversan y no se asumen como establecidas por la sociedad.

Además de esto, contrario a lo que muchos piensen, los hombres no sufren en una relación con una mujer fuerte. Por el contrario, los índices de divorcio disminuyen y las parejas suelen describirse en una relación feliz, saludable, estable y funcional.