NÚMEROS
Contaminación “natural”
El creciente número de estudios acerca del calentamiento global ha impulsado a gobiernos alrededor del mundo a poner en marcha distintos planes para contrarrestar los numerosos efectos de este fenómeno, en un intento por controlar la situación y evitar mayores daños. Esto es una buena noticia porque significa que la humanidad está fijando un rumbo común hacia un futuro más verde.
La razón detrás de los desastres naturales que ocurren constantemente es la acción desmedida del hombre sobre el espacio que lo rodea. Así mismo, se debe tomar en cuenta que un factor sustancial del calentamiento global es que los efectos no son neutrales. Es decir, si los océanos se calientan el problema no se restringe a ese aspecto, sino que, en consecuencia, flora y fauna marina mueren, lo cual afecta a su vez al ciclo natural e incluso al comercio y, por ende, a la economía mundial. Algo similar está sucediendo con la tierra, afirma el artículo de ZME Science, titulado “CO2 trapped in soil is leaking, exacerbating global warming”, sobre el que se inspira esta nota.
Como se sabe, la tierra está formada de distintas capas. Dentro de estas capas se encuentran lo que llamamos combustibles fósiles, los cuales son materia orgánica descompuesta por miles de millones de años y que está atrapada dentro de la tierra. Sin embargo, no es lo único que está enclaustrado dentro de la corteza terrestre. Además de los combustibles fósiles, estas capas albergan gas de carbono, el cual, debido a las acciones humanas, también está empezando a escapar del suelo, afectando al ambiente.
Así lo señala un nuevo estudio, publicado en Nature bajo el nombre “Quantifying global soil carbon losses in response to warming”, publicado recientemente. La investigación indica que la mayoría del carbono de la tierra se encuentra guardado en el suelo y se ha mantenido así gracias a bacterias que lo usan como energía. No obstante, debido al calentamiento global, estas bacterias no están funcionando como deberían, generando la filtración de los gases. De ser acertadas las observaciones de estos expertos, para 2050 se registrará un incremento de 17% en los índices de emisión de carbono.
Por otro lado, la mayor parte del carbono se encuentra en las regiones árticas, donde la tierra está congelada. Debido a esto, los microbios son menos activos aún y el carbono se puede mantener guardado por cientos de años. El problema es que son precisamente estas regiones las que se espera que reciban los peores efectos del cambio climático, elevándose a temperaturas no antes vistas. De ser así, el carbono que hasta el momento ha estado almacenado de forma segura, se liberaría, impactando gravemente al planeta.
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