IDEAS
¿Empresario presidente?
El número de Presidentes que antes de sus campañas electorales se dedicaban a la vida empresarial ha ido en aumento a lo largo de los últimos años. Los casos son muchos. Tan solo en Latinoamérica podemos mencionar a Sebastián Piñera (Chile), Mauricio Macri (Argentina), Vicente Fox (México), entre otros, todos grandes magnates que decidieron incursionar en la política de sus países, ascendiendo al sillón presidencial. Contar con un fuerte capital de respaldo es parte importante para una campaña exitosa y sin duda estos presidentes tuvieron caudalosas arcas para financiar sus presentaciones y publicidad. Sin embargo, cuando llega el momento de gobernar la inexperiencia sale a relucir, poniendo en riesgo la estabilidad de un país completo.
Muchas personas creen que el éxito empresarial de una persona es aval suficiente para un desempeño adecuado en el servicio público. Pero esto no es cierto, mucho menos si se trata de un cargo tan importante como el de Presidente. Un reciente artículo de Fast Company, titulado “The huge difference between business and political strategies”, explica la diferencia entre dirigir una empresa y un gobierno, a propósito de la elección de Donald Trump.
El primer paso para una buena transición de empresario a presidente es eliminar la creencia de que “un país es una empresa, y si no sabes conducir una empresa no sabes conducir un país”, como afirmó Franco Macri, padre del Primer Mandatario de Argentina. Las decisiones que se toman en una compañía pueden incrementar o reducir sus ganancias y si se fracasa la empresa quiebra y es el fin. Sin embargo, cada resolución que se tome al gobernar, por más simple que parezca, impactará a millones de personas en distintos aspectos de sus vidas.
Un empresario debe su éxito al nivel de experiencia y conocimientos que tiene, mientras que un político es consciente de sus limitaciones y se enriquece de la colaboración de las personas expertas en distintos campos. Este puede ser el primer obstáculo para los hombres de negocios que se convierten en mandatarios. El empresario que llega a ser presidente no puede cerrarse en sí mismo y sus conocimientos exclusivos, sino que debe empaparse de la experiencia de expertos en todos los campos necesarios.
Donald Trump es quizá el empresario más importante del mundo en este momento, no por su poder económico, sino porque en breve se convertirá en Presidente de los Estados Unidos. Sus acciones a lo largo de los años han construido una imagen poco favorecedora para cualquier persona. Trump es visto como un hombre de escándalos, petulante, dispuesto a todo para lograr lo que se propone. Esto ha despertado la preocupación de varios expertos, quienes señalan que tanto el Presidente Electo como su equipo de trabajo deberán ser cuidadosos con sus decisiones y buscar variedad de experiencias y conocimientos entre sus colaboradores.
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