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¿Hacia la derecha en Francia?
Trump parece haber sido el primer paso en lo que podría ser una transformación mundial. En teoría, sus políticas deberían ser repudiadas por el resto del mundo. Sin embargo, este no parece ser el caso. Primero, el Reino Unido le dijo que no al trabajo en equipo europeo; y, ahora, Francia parece ser la próxima en seguir esta tendencia.
Los rumores de la candidatura de Marine Le Pen a la presidencia de Francia empezaron de forma similar a los de Trump. Muchos se burlaron sobre sus intenciones, ya que Le Pen es una conservadora de derecha y Francia ha sido gobernada por la izquierda desde hace muchísimos años. Sin embargo, con el lanzamiento de su candidatura, cada vez parece más posible, pensar en una Francia al mando de la derecha, afirma el artículo de The New York Times, titulado “Marine Le Pen Echoes Trump’s Bleak Populism in French Campaign Kickoff”, sobre el que se inspira esta nota.
El principal problema es que Le Pen forma parte de esta nueva tendencia mundial de querer implementar barreras en un mundo que se aproximaba cada vez más a prescindir de ellas. La candidata presidencial afirmó en su discurso de inicio de campaña que existen “dos totalitarismos” que amenazan y subyugan a Francia: la globalización y el Islam.
Le Pen utilizó a Trump como ejemplo de cómo lo imposible se vuelve posible. En un discurso de una hora, afirmó que Francia se encuentra al borde de la ruina y que se ha desposeído a los franceses del patriotismo, algo que deberá ser recuperado. Su público contestó a estas afirmaciones: “¡Este es nuestro país!”.
Por otra parte, Emmanuel Macron, el oponente de Le Pen, dio un discurso en contra de las barreras, y habló de reconciliar Francia y unirla para trabajar todos juntos. Macron afirmó su descontento con Trump y prometió trabajar por un futuro donde los refugiados pudieran tener un lugar en Francia.
Los asistentes al discurso de Macron fueron, en su mayoría, profesores, doctores, académicos, y personas que se describieron como “cabezas de compañías”. En contraste, los asistentes al discurso de Le Pen fueron trabajadores de fábricas y militares retirados. Al igual que en el caso de Trump, los seguidores de Le Pen son miembros de una clase que se descubre olvidada y que siente que sus ideales no son escuchados, opacados por la ola de corrección política y de globalización que ha caracterizado a la izquierda en los últimos años.
Si bien nada está escrito en piedra, con la candidatura de Le Pen, existe la posibilidad que Francia se encuentre en proceso de seguir el camino tomado por Estados Unidos.
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