HISTORIAS
Estados Unidos podría cerrar sus fronteras a refugiados
El mundo entero ha sido testigo de las atrocidades cometidas por el llamado Estado Islámico, también conocido como ISIS (en inglés, Islamic State of Iraq and Syria) en los últimos años. Esta organización terrorista yihadista (musulmanes radicales) vinculada directamente con Al Qaeda comenzó como una especie de banda de mafiosos en Irak. Entre lo crímenes que perpetuaban había secuestros, robos de coches, asaltos a camiones cargados de petróleo, cobro de cupos a familias adineradas y asesinatos de miembros aquellos que se negaran a pagar. Con la llegada de la guerra civil en Siria, la agrupación se expandió por todo el lugar matando a miles de personas y tomando posesión de parte importante del territorio.
Desde su formación se han reportado cientos de casos de torturas y ejecuciones, así como la detención de civiles por actos tan insignificantes como fumar cigarrillos en la vía pública. Otros casos lamentables incluyen asesinatos de periodistas y trabajadores humanitarios.
La situación en el Medio Oriente se ha vuelto insostenible para los cientos de familias que deben enfrentarse al terror cada día. Por este motivo, gran número de personas se han visto obligadas a huir y refugiarse en otros países, lejos del alcance del ISIS.
Por muchos años, Estados Unidos se ha enorgullecido de ser un país con las puertas abiertas para todo aquel que requiera refugio, como es el caso de los musulmanes. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump al poder es posible que estas puertas se cierren pronto. De acuerdo a un artículo de The New Yorker, titulado “How to lose the war on terror”, desde la Oficina Oval se estaría preparando un documento que restringiría el ingreso a refugiados de cualquier parte del mundo, e incluso a personas provenientes del Medio Oriente que intenten entrar al país por motivos de negocios, placer o estudios.
Durante su campaña, el polémico presidente Trump prometió llevar a cabo una serie de cambios para “purgar” el país de inmigrantes y delincuentes. Ya sea que los ciudadanos americanos creían que aquello era poco probable o no, Trump está cumpliendo cada una de sus promesas día a día. Esta vez se trata de la elaboración de un documento que pretende regular, o más bien frenar, el ingreso de refugiados y viajeros del Medio Oriente. Dicho escrito estipula que el Estado estaría tomando medidas preventivas para mitigar las actividades terroristas en el país, alegando que cientos de inmigrantes musulmanes serían responsables de los crímenes terroristas reportados desde el 11 de setiembre de 2001 (fatídica fecha del atentado contra las Torres Gemelas).
Sin embargo, un reporte realizado por Rand Corporation en 2015, niega que tales afirmaciones sean ciertas. El informe indica que la mayoría de los terroristas yihadistas que han actuado desde 1990 contra el país no llegaron del exterior, sino que eran ciudadanos americanos. Otro reporte del programa de seguridad internacional de New America, grupo de expertos en Washington, apoya las conclusiones de Rand. Por su parte, Michael Gabaudan, presidente de Refugees International, afirma que no existe evidencia de que algún refugiado haya formado parte de atentados terroristas.
Los expertos temen que las decisiones del presidente Trump puedan tener un efecto negativo en las relaciones con sus aliados y enemigos. Así mismo, Dan Buman, miembro de 9/11 Comission, señala que esto podría llevar a que otros países dejen de admitir refugiados y a que los musulmanes que viven en Estados Unidos desarrollen sentimientos negativos contra el gobierno y sí se sientan atraídos por grupos de oposición, incluso terroristas.
Donald Trump sabe cómo mantenerse en los titulares. Pero, la pregunta es ¿A qué costo? ¿Cuánto más puede hacer el presidente de los Estados Unidos para difundir el odio hacia etnias y grupos religiosos distintos a él?
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