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¿El fin de las oficinas?
Asistir a la oficina es algo que pocos cuestionan debido a su naturaleza rutinaria. La acción de asistir a un espacio a trabajar se encuentra tan enraizada en el día a día de las personas, que muchos lo toman como la única forma lógica de realizar su trabajo. Sin embargo, esto no es así.
En los últimos años, el número creciente de trabajadores independientes, además de la creación de nuevas formas de trabajo han puesto en duda la credibilidad de la oficina como un espacio óptimo de producción. ¿Podría ser que existan mejores opciones que la oficina? El artículo de Harvard Business Review, titulado “Will the Gig Economy Make the Office Obsolete?”, ofrece una respuesta.
La idea de que estar en un lugar por un cierto número de horas, cinco días a la semana, es necesario, proviene de la época en la que el trabajo debía ser necesariamente presencial. En otras palabras, con el nacimiento de las fábricas y las líneas de ensamblaje, donde los trabajadores debían estar en sus puestos cierta cantidad de tiempo para que la fábrica alcance su productividad óptima. Sin embargo, esta realidad no se aplica a todos los trabajos actuales, salvo que se trate de tiendas, restaurantes y hospitales donde la presencia es necesaria para que el lugar donde trabajan funcione.
Sin embargo, en la gran mayoría de trabajos de oficina, la presencia de sus trabajadores no es estrictamente necesaria. La invención de la llamada “Gig Economy”, en la que personas con distintos puestos trabajan independientemente para terminar un mismo proyecto, ha generado una nueva forma de pensamiento. En esta, no importa si la solución a un problema se encuentra en la ducha, comiendo, caminado, en el cine, o donde sea. En otras palabras, no importa que la persona esté presente en un lugar determinado de trabajo cuando encuentre una solución, si no que la encuentre; se califican los resultados y no el proceso en el cual se creen.
Esta forma de pensar significa mucho en un mundo donde ningún estudio ha encontrado que laborar ocho horas al día, cinco días a la semana es la mejor manera de que un empleado sea productivo, esté satisfecho y su rendimiento sea el mejor. Por el contrario, lo que se ha encontrado es que gran parte de los trabajadores no están concentrados, pasan una gran cantidad de tiempo distraídos y sin trabajar, y que, sin importar que tan bueno sea el manejo, los trabajadores nunca llegan a su punto óptimo de rendimiento. Además, se ha establecido que, en promedio, una compañía estadounidense gasta USD 12,000 por empleado anualmente manteniendo una oficina. Por otro lado, la idea que trabajar en una oficina genera mejor trabajo en equipo es falsa, este surge cuando las personas trabajan juntas (referido a trabajar en equipo), que no es lo mismo que estar juntos (referido a distancia).
La falta de evidencia por parte de las oficinas para justificarlas como la mejor opción, junto con cada vez más opciones para realizar un mejor trabajo podría ponerlas en una situación complicada, o, quizás, estén demasiado arraigadas al ser humano como para desaparecer.
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