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El efecto de la contaminación en vuelos aéreos
Al sentir una turbulencia por primera vez en un avión, la reacción de la inmensa mayoría suele ser la misma: miedo o al menos sobresalto. Después de todo, movimientos bruscos suelen ser una mala noticia en cualquier otro medio de transporte. Pero, uno se acostumbra cuando pasa el tiempo a estos pequeños movimientos.
Sin embargo, no todo el mundo consigue tomarlos con calma. Usualmente, las personas más nerviosas se suelen sentir ansiosas así sea la primera o la centésima vez que sienten una turbulencia. Peor si se trata de una fuerte. Esta clase de personas pensarán dos veces antes de decidir subirse a un avión en los próximos años, ya que estudios han encontrado que la contaminación en la atmósfera podría potenciar estos movimientos, afirma el artículo de ZME Science, titulado “Climate change will make flights worse too. Severe turbulences may increase by 150%, study finds”, sobre el que se inspira esta nota.
El doctor Paul Williams, acompañado de sus colegas, ha realizado un modelo de cómo podría ser el futuro de los vuelos gracias a la contaminación. Actualmente, hay 410 partes por millón (ppm) de CO2 en la atmósfera. El modelo de Williams midió las turbulencias si es que la contaminación aumenta a 560 ppm. Sin embargo, estudios han señalado que podría llegar a aumentar hasta 600 ppm.
Williams afirma en su estudio, titulado “Increased light, moderate, and severe clear-air turbulence in response to climate change” y publicado en Advances in Atmospheric Science, que las turbulencias suaves aumentarían en un 59%; las leves a moderadas en un 75%; las moderadas en un 94%; moderadas a severas en un 127%; y las severas en un 149%. En otras palabras, en el futuro la mayoría de las turbulencias serían fuertes. Esto es importante porque afectará la comodidad pero sobre todo la tranquilidad de los pasajeros.
No obstante, el artículo de ZME Science plantea que esto no debería preocupar a los viajeros frecuentes porque actualmente, los aviones ya están equipados con la tecnología adecuada como para resistir toda clase de turbulencias, minimizando su impacto en la nave. Es más, debido al nivel de inteligencia de los aviones, actualmente es poco probable que un avión sufra algún problema grave por estos fenómenos atmosféricos. Recientemente, la empresa francesa Thales demostró un sistema capaz de detectar turbulencias antes de que choquen con el avión. Gracias a esto, los sistemas de la aeronave la balancean para sobrepasar la turbulencia.
Así que hay que esperar que los fabricantes de aviones tome estas cifras en cuenta para construir naves cada vez más inteligentes y seguras en el futuro.
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