IDEAS
El futuro de Hong Kong
Si bien es un hecho conocido, quizás muchas personas no sepan que Hong Kong no siempre fue territorio de China. Durante un tiempo estuvo en manos del Reino Unido y fue su última gran colonia, antes de que Margaret Thatcher la entregara al gobierno comunista. Pero, contrario a lo que pensaron la mayoría de sus detractores en ese momento, la estrategia benefició a ambos países.
Thatcher se aseguró que, en los acuerdos, el gobierno de China se comprometa a respetar el gobierno de Hong Kong por 50 años, de forma que su adhesión sea progresiva. Pronto se cumplirán 20 años desde que esto sucedió, y en Hong Kong parece vivirse un aire de incertidumbre, según da cuenta el artículo de The Economist, titulado “Hong Kong’s tricky balancing act”, sobre el que se inspira esta nota.
En general, la incertidumbre puede ser atribuida a cambios en la relación entre Hong Kong y el gobierno central. Muchos de los ciudadanos no se sienten contentos de ser gobernados por China, e incluso algunos activistas han dejado entrever la idea de que hay que buscar la independencia. Esto fue una de las cosas que se temió desde el comienzo, ya que Hong Kong creció según los estándares capitalistas, mientras que el gobierno chino sigue siendo comunista. Por otra parte, cuando Hong Kong se anexó a China, este producía el 16% de la economía del país. Ahora llega a 3% por muy poco. Durante mucho tiempo, la ciudad fue responsable de gran parte del capital y manufactura de China. Pero pronto podría volverse irrelevante.
Es en este clima de incertidumbre sobre el futuro, y de pérdida de esperanza en la capacidad productiva de Hong Kong, que el artículo afirma que debe continuar siendo lo que siempre fue: el nexo de la potencia asiática con el mundo, adaptándose y mejorando según los cambios globales.
Para China, la situación está clara: el gobierno no puede darse el lujo de alinearse con el capitalismo porque haría más difícil gobernar el país. Sin embargo, Hong Kong sirve como el nexo perfecto. La ciudad es sumamente compleja y una mezcla de cosas: criada por el capitalismo, pero devuelta al comunismo. Su rol en China es el de un articulador entre un mundo cambiante y una China que se resiste al cambio. Hong Kong sirve, en palabras de George Yeo, jefe de Kerry Logistics y antiguo ministro de comercio de Singapur, para modular el impacto de la globalización en China.
En resumen, los ciudadanos de Hong Kong deben reconocerse como diferentes al resto de sus compatriotas, y encontrar en esta diferencia una manera de hacerse esenciales sin cambiar su forma de ser.
Publicar un comentario