Los retornos de los fondos para la salud

Hace unos días pude ver la película Mary y Martha del 2013 que narra la historia de dos madres estadounidenses que perdieron a sus hijos a causa de la malaria y describe la forma en que esa pérdida las unió en una lucha contra esta enfermedad que pasó de ser un problema lejano de la gente que vive en Mozambique a uno que fue llevado al Congreso de los EE.UU. para convertirlo en un problema de todos.

Y precisamente de alguna manera de eso trata un reciente artículo de NPR titulado “The Side Effect of That New Malaria Drug? American Jobs”, cuando afirma que los fondos que ha canalizado los EE.UU. para las innovaciones en salud, han salvado millones de vidas en el mundo.

Para quienes no lo saben, solo desde 2007 al 2015, los EE.UU. invirtió USD 14 mil millones en investigación y desarrollo para la salud, lo cual ayudó a crear empleos que a lo largo de esos años generaron retornos importantes para la economía americana, pero además salvaron vidas. Los datos están recogidos en un estudio de un equipo de investigadores independientes.

Por eso, no se entiende el afán del presidente Donald Trump de pretender recortar el gasto en salud y creer que la forma de evitar lo que vivieron mujeres como Mary y Martha sea promover que sus ciudadanos no salgan de los EE.UU. o que los americanos que están en lugares de incidencia de ciertas enfermedades vuelvan a casa.

Sin embargo, desde distintos frentes en los EE.UU. los investigadores defienden la inversión que se realiza en favor de la salud mundial y destacan los retornos que esta ha tenido internamente.

El documento señala que los fondos del gobierno estadounidense han permitido crear 42 nuevas medicinas entre las cuales están vacunas, tratamientos, métodos de diagnóstico entre otros que han favorecido a países de ingresos medios y bajos.

Y lo que la administración Trump debe tener en cuenta es que estas innovaciones han tenido retornos importantes en la reducción del gasto en salud pública, pero además, han impulsado la economía del sector farmacéutico y la mejor evidencia de aquello es que la U.S. Global Leadership Coalition dirigió una carta al Secretario de Estado solicitando proteger el presupuesto destinado a la ayuda externa y dicha carta estuvo avalada por la firma de 225 líderes empresariales que están seguros que no solo hay que proteger los fondos actuales sino que hay que aumentar el presupuesto para la lucha contra el SIDA, la malaria, la tuberculosis, entre otros.

Ojalá, estos líderes empresariales que hablan el mismo lenguaje de Trump logren disuadirlo para incrementar el presupuesto que los EE.UU. dedica a la salud, en lugar de reducirlo.