NÚMEROS
Sal: límites que no hay que cruzar
Uno de los condimentos más empleados en las cocinas alrededor del mundo es la sal. A pesar de su capacidad para sazonar los platillos y hacerlos más apetecibles al paladar, diversos estudios advierten acerca de las consecuencias del consumo excesivo de sal para la salud.
El riesgo detrás del su ingesta se encuentra en su alto componente de sodio. Los riñones pueden presentar complicaciones para procesar el exceso de sodio en la sangre y cuando este se acumula, el cuerpo retiene líquidos para disolver el sodio excedente. Dicha condición no solo incrementa la cantidad de fluidos alrededor de las células, sino también la presión sanguínea, lo cual a su vez exige mayor esfuerzo por parte del corazón. En consecuencia, niveles muy elevados de sodio en la sangre pueden causar ataques cardíacos, presión alta, derrames cerebrales, insuficiencia renal y cardíaca, así como debilidad ósea, advierte el Hardvard School of Public Health.
Un reciente artículo de The New York Times, titulado “Shoul you salt a child’s food?”, expone las recomendaciones de diversos especialistas sobre los límites en la ingesta de sodio que no se deben cruzar, particularmente en el caso de los niños.
Los expertos señalan que la alimentación que se recibe en los primeros años de vida puede determinar la salud de una persona cuando adulta, no solo por los nutrientes que pueden aportar, sino también por las costumbres que se forjan. Colocar sal en la comida de un niño menor de cinco años es aceptable, pero se debe manejar con cautela. Diversos organismos especializados como la American Health Association recomiendan limitar la ingesta de sodio para niños entre 1500 y 2300 miligramos al día (el equivalente aproximado a una cucharita de té).
Un estudio publicado en 2014, señala que asociar un vegetal a otro sabor más agradable para el niño genera que sus papilas gustativas se muestren receptivas al sabor del vegetal, incluso cuando se ha retirado el condimento adicional. Así mismo, mientras más temprano se incluyan vegetales en la dieta del niño más fácil será que este se acostumbre a comerlos y menos condimentos serán requeridos. Sin embargo, hay que tener cuidado con la sal que se añade a esos vegetales para hacerlos más apetecibles.
Los padres pueden supervisar la cantidad de sodio que sus hijos consumen en casa, pero pierden la capacidad de controlarlo en espacios públicos como restaurantes o comedores escolares y cuando consumen productos envasados.
El doctor William Dietz, Jefe de Summer M. Redstone Global Center for Prevention and Wellness en George Washington University, señala que el poder de los padres para controlar el sodio en la comida de sus hijos recae en el cuidado que tengan al seleccionar los productos envasados que adquieren, más que en la cantidad de sal que le añadan a los platillos que cocinan.
Por ello, es tan importante revisar las etiquetas y el valor nutricional de aquello que se compra en el supermercado porque puede hacer gran diferencia en la ingesta de sodio de un niño.
Publicar un comentario