IDEAS
¿Qué es mejor: un matrimonio infeliz o un divorcio costoso?
Cuando un matrimonio va mal, por la razón que fuera, la confianza entre la pareja es muy débil y cualquier interacción resulta extremadamente costosa y hasta incómoda para ambos. Una vez que se ha cruzado cierto límite de deterioro de la relación, la probabilidad de éxito de cualquier acción para reconstruirla es bastante baja, especialmente cuando se habla mucho y se hace poco.
A este punto es el que han llegado las relaciones entre Grecia y los países de la Unión Europea. En el caso de una pareja, la solución convencional es el divorcio. Típicamente, en un divorcio, ambas partes deben asumir un costo económico y emocional, además de enfrentar la incertidumbre que siempre está asociada al proceso de volver a empezar de cero una vida romántica.
Pero, ¿cómo funciona un divorcio en el caso de una unión monetaria como la europea? Ese es el pequeño detalle que está detrás del temor que existe de hablar de una eventual salida de Grecia de la zona euro: existen muy pocos precedentes respecto de cómo se debe romper una unión monetaria al menor costo posible. Es importante, por ello, al analizar el caso de Grecia que nadie sabe con mayor certeza qué es lo mejor para cada persona involucrada que estas mismas.
Actualmente, para países como Estados Unidos, lo prudente es evitar el divorcio (o la salida de Grecia de la Unión Europea) a toda costa pues el desenlace de este podría llegar a ser similar a la crisis financiera desatada en el año 2008 con la caída de Lehman Brothers. ¿Por qué tanto temor? Pues porque, habiéndo vivido esta experiencia, estiman que los riesgos legales y financieros siempre terminan siendo mucho mayores a los que se anticipan.
Mientras tanto, en Europa, por lo menos ya dejó de ser tabú hablar de la salida de Grecia de la Unión Monetaria. En círculos informales, los negociadores alemanes señalan que los riesgos de esta son limitados y controlables y afirman además que sus efectos ya estarían descontados por los mercados financieros. Por su parte, los griegos ven a la salida de la unión como la única oportunidad para librarse de las ataduras para implementar las reformas políticas y económicas que el país, cuyo PBI se ha reducido en 25% en los últimos 7 años, necesita. Los riesgos de corto plazo (como las corridas bancarias, la necesidad de aplicar controles a los capitales de corto plazo, la subidad de los precios de importación y la mayor turbulencia política) los conocen y parecen estar dispuestos a asumirlos.
Es muy fácil perder la perspectiva cuando se tiene un divorcio a la vuelta de la esquina. Lo aconsejable para evitar que esto ocurra es recordar las razones por las cuales una persona contrae matrimonio. Si estos objetivos no se están cumpliendo, pues no hay mucho más que pensar. En el caso de la Unión Europea, los objetivos eran forjar una Europa más próspera, pacífica y unida. La unión era un medio y no un fin en sí misma. Con Grecia, los objetivos no se han cumplido en varias de estas dimensiones: la economía griega está en ruinas y hoy, países que históricamente se han llevado muy bien como Alemania y Grecia, no se pueden ver en pintura.
El desenlace de esta historia será escrito en las próximas semanas. Sea cual fuere el resultado, lo importante es que las soluciones no sean cosméticas y que permitan asegurar un futuro sostenible para Grecia y la Unión Europea, juntos o separados.
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