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COVID-19 y la educación en línea

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La educación en línea generalmente consiste en la resolución de ejercicios mediante herramientas autoadministradas y pruebas de evaluación ocasionales.
01 de abril de 2020
Red star
Por qué es importante
La pandemia es una oportunidad para que los países puedan adaptar el sistema educativo ante una situación de crisis mundial.

Frente a una pandemia hay cinco aspectos que suelen cambiar en la vida de las personas: trabajo, salud, seguridad, alimentación y educación. 
Una de las primeras medidas tomadas por varios países para contrarrestar la propagación del COVID-19 ha sido la suspensión de clases en colegios, institutos y universidades, sin embargo, a raíz de esto se ha puesto sobre la mesa que tan factible y buena es la educación en línea. La UNESCO, estima que más de 861.7 millones de niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener que hacer frente a la pandemia global. (UNESCO, 2020)
En China, primer país en contraer el virus, después de suspender la apertura de escuelas para el nuevo semestre, se lanzó una iniciativa titulada "Asegurar el aprendizaje cuando las clases se interrumpen", logrando garantizar que los estudiantes puedan acceder a oportunidades de aprendizaje digital.
La educación en línea generalmente consiste en la resolución de ejercicios mediante herramientas autoadministradas y pruebas de evaluación ocasionales, sin embargo, esto puede ser óptimo para ciertos cursos, en los que quizás la interacción profesor-estudiante no sea del todo necesaria. Ante la situación vivida actualmente, en la que las personas están confinadas en sus casas, es preciso poner a prueba herramientas que permitan ofrecer a los estudiantes la mejor experiencia de educación y que estas cumplan las expectativas que se tiene y que permitan en un futuro ser una opción tan igual como la de asistir a una escuela. 
Como refiere el artículo de (World Economic Forum), ante esta situación de crisis, son tres aspectos los que se podrían mejorar en la educación: mayor innovación (búsqueda de soluciones innovadoras en el corto plazo), las asociaciones educativas público-privadas (consorcios y coaliciones con diversas partes interesadas como el Gobierno, profesores y proveedores de tecnología) y la ampliación de la brecha digital. Es precisamente esta última la que más ha resaltado puesto que la efectividad de un programa educativo a distancia depende mucho del acceso de los estudiantes al Internet y, según refiere el mismo artículo solo el 60% de la población mundial cuenta con acceso a la red lo que hará que el otro 40% se encuentre en desventaja.
Esta pandemia es una oportunidad para que los estudiantes puedan tomar decisiones, resolver problemas y adaptarse a los cambios, pero, sobre todo, es una oportunidad para que los países puedan adaptar el sistema educativo ante una situación de crisis mundial.