TENDENCIAS
El castellano en tiempos de Trump
La famosa película Spanglish, donde actúa el carismático Adam Sandler, abordó un tema importante en los EE.UU. que tiene que ver con la gran cantidad de inmigrantes que viven en ese país y que muchas veces lo hacen sin renunciar a hablar su propio idioma, como ocurre con la gran cantidad de latinos asentados en diferentes estados.
Un reciente artículo de The Economist, titulado “Learning to assimilate”, trata el tema de las políticas de educación bilingüe que durante mucho tiempo han tenido como propósito asimilar o integrar a los inmigrantes a la sociedad.
El problema es que no son pocos los estados, donde aun predominan leyes basadas en un pensamiento anti-migratorio que solo favorece a los que hablan inglés.
En California, donde residen el mayor número de migrantes latinos de todo Estados Unidos (10 millones aproximadamente, que se traduce a casi un cuarto de la población migrante), siguen vigentes este tipo de medidas.
La norma vigente que es la Proposition 227 fue creación de Ron Unz y Gloria Matta, quienes se dieron cuenta que la educación bilingüe favorecía a los latinos, pero no le hacía bien a los que hablaban inglés nativamente. Esto se debía a que les costaba más volverse buenos en su idioma natal. Como resultado de la implementación de las medidas, las notas en inglés de los ciudadanos estadounidenses mejoraron.
Sin embargo, las calificaciones de los latinos bajaron y, además, muchísimos colegios de California dejaron de ofrecer programas bilingües. Hoy en día sólo 312 de 10,393 colegios ofrecen esta clase de programas.
Con la mentalidad de cambiar esta situación es que Ricardo Lara propone la Proposition 58, que busca lo contrario que propuso la 227. En vez de reducir las horas del dictado del castellano y los programas bilingües, se buscaría aumentar ambos.
Para Lara, la medida no solo será buena por el hecho que aprender más de un idioma es bueno, sino porque muchas familias que migran a Estados Unidos lo hacen sin saber inglés en lo absoluto, por tanto, son los hijos los que aprenden y terminan ayudando a sus padres en tareas tan básicas como el pago de impuestos. Por su parte, aprender otro idioma también sirve a las familias estadounidenses que viajan a países de habla hispana.
Esperemos que este proyecto sea aprobado, ya que seguir viviendo con leyes que solo beneficien a quienes hablar el idioma nativo en un país multicultural, es ridículo.
Publicar un comentario