Impacto del COVID en la salud mental

El COVID-19 ha causado un gran impacto en la salud de las personas que han tenido o tienen el virus, sin embargo, no solo estas personas se han visto afectadas, y es que el aislamiento, el estrés, la incertidumbre son potencialmente mortales, afectando a la mayor parte de personas, por lo que el bienestar mental es un tema crítico que no hay que perder de vista.

En Estados Unidos, según el artículo de la (U.S. News), una encuesta realizada por CVS Health y Morning Consult encontró que dos de cada tres adultos registraron más estrés ahora en comparación con el año pasado y casi 1 de cada 4 adultos indicó que no se sienten seguros al encontrar recursos para abordar sus problemas de salud mental. Eso no sería todo pues una investigación publicada por Well Being Trust y el Centro Robert Graham para Estudios de Políticas en Medicina Familiar y Atención Primaria señala que 75,000 personas más morirán por abuso de drogas, alcohol y suicidio.

Si bien es cierto todos estamos expuestos al impacto que trae consigo esta pandemia, en cuanto a la salud mental hay ciertos grupos de personas que tienen un riesgo mayor: los trabajadores de la salud, los adolescentes y las personas mayores de 65 años.

Tanto médicos como enfermeros se encuentran en la primera línea de acción frente a este virus por tanto son ellos los que enfrentan directamente una de las más duras realidades y son -sin lugar a dudas- los que tienen mayor riesgo en su salud mental. Es así que el 75%, según resultados de la encuesta, registra mayor estrés a diferencia del año anterior, lo que se debe sobre todo a la falta de tiempo libre y al miedo de contraer el virus.

Graduaciones sin realizar, estudios desde casa y vacaciones truncadas son los factores que han afectado a la mayoría de adolescentes, siendo la depresión una de las principales enfermedades que los afecta, al igual que la sensación de soledad y estrés.

Por último, en condiciones normales los adultos mayores ya enfrentan sentimientos de aislamiento y soledad y el COVID-19 solo ha llegado a incrementar esas sensaciones.

Ante esta situación es importante poner a disposición, soluciones convenientes y accesibles para ayudar a controlar la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático de los profesionales de la salud, aprovechar las herramientas tecnológicas para ayudar a los adolescentes y emplear la tecnología para que las personas mayores se sientas más conectadas.