HISTORIAS
Los beneficios del matrimonio
El matrimonio ha perdido parte de la relevancia social de la que gozaba en décadas pasadas cuando todos debían casarse para prosperar. Hoy en día, una gran cantidad de personas decide no contraer matrimonio pues no lo consideran necesario y/o no creen en este como institución unificadora para una pareja. A esto se le suma el que cada vez más, las personas que sí se casan, deciden hacerlo a una edad madura, poniendo en primer lugar su desarrollo personal y profesional.
Si bien estas razones son válidas y hasta celebradas por muchos, estarían evitando que la gente disfrute de los beneficios del matrimonio, desde un punto de vista médico. Diversos estudios afirman que estar casado pueden reducir el riesgo ciertas enfermedades y procurar mejores condiciones de vida, señala Harvard Health en su artículo “The health advantages of marriage”.
Afirmar que el matrimonio puede salvar la vida de las personas puede ser un poco exagerado, pero, lo cierto es que, distintos estudios sugieren que la gente casada goza de mejor salud que los solteros. En este sentido, los primeros viven más, sufren menos ataques cardíacos, son menos propensos a la depresión y sobreviven a operaciones de alto riesgo en mayor medida.
Una reciente investigación, en la cual se encuestó a 25 mil personas en Inglaterra, encontró que, ante un ataque cardíaco, aquellos que estaban casados tenían 14% más posibilidades de sobrevivir y salir de un hospital dos días más rápido que los solteros. A pesar de que se trata de resultados preliminares, han planteado diversas interrogantes respecto a cómo y por qué los casados perciben estos beneficios y quienes no lo están no lo hacen. Esto ha impulsado a diversos expertos a analizar el tema con mayor profundidad.
En primer lugar, señalan que se trata de una mejora en el sistema inmunológico. Los estudios afirman que las personas que se encuentran en relaciones felices tienen un sistema inmune más fuerte que el resto, lo cual quiere decir que padecen de menos enfermedades y se recuperan más rápido. Asimismo, sus niveles de cortisol son menos elevados, esto se traduce en menos estrés y un mayor potenciamiento del sistema inmune.
En segundo lugar, las personas felizmente casadas asumen menos riesgos y cuidan mejor de su salud. Cuando se vive una buena relación, la persona busca evitar situaciones que sugieran una amenaza para su bienestar pues de esa manera protegen indirectamente a su pareja.
Finalmente, la salud psicológica de estas personas es mejor pues se siente apoyados y queridos por su pareja. Es por ello que las posibilidades de sufrir depresión son menores y la calidad de vida mejor.
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