PERSONAS
La respiración y el estrés
Tener un trabajo exigente muchas veces nos lleva a una situación estresante en la que los músculos se tensan y la respiración se acelera. Quizás parezca algo exagerado creer que realizar mucho trabajo en un lapso corto de tiempo pueda originar tanta inestabilidad en nuestro cuerpo, sin embargo, es efectivamente así.
Recientes investigaciones señalan que la respiración puede ayudar a alcanzar un estado de calma y control de las emociones, aun cuando se piense que frente a un cuadro de estrés quizás resulte un poco difícil relajarse. La investigación de (Arnsten, s.f.) sostiene que la corteza prefrontal (PFC), la región del cerebro más evolucionada, también es la región del cerebro más sensible a los efectos perjudiciales de la exposición al estrés. Incluso el estrés incontrolable agudo bastante leve puede causar una pérdida rápida y dramática de las capacidades cognitivas prefrontales, y la exposición al estrés más prolongada provoca cambios arquitectónicos en las dendritas prefrontales. Eso explicaría porque es tan difícil relajarnos, pensar con claridad y tomar decisiones.
La respiración cambia cuando comienza la presión, se empieza a hiperventilar (es decir tomar más aire del que soltamos para inyectar una gran cantidad de oxígeno en la sangre y activarnos para la acción). El problema es que esta respiración también genera más estrés y cortisol. Entonces, para recuperar la calma es necesario cambiar el tipo de inhalación y exhalación. Si se inhala contando hasta cuatro y se exhala contando hasta ocho durante unos pocos minutos se puede empezar a calmar el sistema nervioso.
La forma en que se toma aire es más efectiva para reducir el estrés que las técnicas basadas en la atención plena o el trabajo en inteligencia emocional, según explican los autores de la investigación llevada a cabo por la Universidad de Yale. Estos investigadores, en colaboración con un equipo de la Universidad de Arizona, también compararon las estrategias de respiración con un taller que enseñaba estrategias cognitivas para el manejo del estrés, obteniendo como resultado que quienes intentaban pensar racionalmente para relajarse tenían frecuencias respiratorias y cardíacas más elevadas que quienes se centraban en respirar.
En conclusión, respirar es mucho más que transportar oxígeno a los pulmones, puedo ayudarnos a manejar situaciones difíciles y a cuidar nuestra salud emocional.
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