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Un mundo sin dinero

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El virus obligó a las personas a preferir transacciones sin dinero y preferir el pago a través de transferencias, usando tarjetas de crédito o débito o la banca móvil.
01 de octubre de 2021
Red star
Por qué es importante
Los consumidores prefieren acudir a minoristas que ofrecen una diversidad de formas de pago y también la posibilidad de opciones de pago posterior.

La pandemia ha cambiado los hábitos de las personas. Uno de ellos tiene que ver con la forma en que pagan sus cuentas. 

El virus obligó a las personas a preferir transacciones sin dinero y preferir el pago a través de transferencias, usando tarjetas de crédito o débito o la banca móvil. Sin embargo, hacia futuro esta práctica acarrea riesgos y oportunidades.

De acuerdo a un reciente post de Thomas Slide, en el portal de MINTEL, si bien el uso del efectivo ya había declinado en los últimos años, el Covid-19 terminó por acelerar la tendencia. Una encuesta en Reino Unido de esta empresa señala que 6 de cada 10 consumidores usan menos efectivo que antes de la pandemia.

Y es que muchos establecimientos se negaban a aceptar efectivo y, por su parte, muchos consumidores evitaban usarlo por razones de higiene. Si estas fueran las únicas razones para evitar el efectivo, se esperaría que cuando retorne la normalidad, debería volver nuevamente el uso del efectivo.

Sin embargo, Slide sugiere que los nuevos medios de pago y la regulación creada para asegurar su uso ha limitado el hábito del uso del efectivo y ha hecho transitar a las personas hacia los pagos sin contacto. Por ello, las encuestas señalan que solo una tercera parte de quienes dejaron de usar efectivo desde la pandemia planean incrementar sus pagos en efectivo una vez que las restricciones sean levantadas.

Otro aspecto que apunta al afianzamiento de esta tendencia es que los consumidores prefieren acudir a minoristas que ofrecen una diversidad de formas de pago y también la posibilidad de opciones de pago posterior.

Por ello, los comercios minoristas tienen que facilitar el acceso a todas estas posibilidades, dando control a los consumidores sobre la decisión de la forma de pago.

En este sentido, es posible afirmar que el uso del efectivo no volverá a hacer el mismo de antes de la pandemia, sin embargo, hay sectores donde se normalizará progresivamente su uso como el gastronómico y aquel vinculado a la actividad universitaria, donde se observará un mayor retorno. Esto último tiene que ver con la facilidad de poder pagar una bebida con unas monedas o porque los jóvenes manejan más dinero en efectivo que tarjetas.

Por eso, es imposible asegurar categóricamente que el dinero en efectivo desaparecerá completamente.