NÚMEROS
Glasgow y el planeta "sin futuro"
Glasgow será escenario de la COP26 que se ha convertido en una cumbre crucial sobre el clima. Está en juego nuestro futuro como planeta y el de 7 mil millones de personas que tienen que afrontar una vida en un planeta más caliente.
Por más que los líderes de los países contaminantes intenten ver el vaso medio lleno, lo cierto es que el mundo ha fracasado en la disminución del incremento en las temperaturas y de las emisiones de efecto invernadero que calientan al planeta.
Por su parte, los representantes de los países pobres acuden para reclamar por el dinero que se les ofreció. Sin embargo, lo que está de por medio no requiere de acciones individuales sino colectivas para enfrentar la crisis climatológica que enfrenta el planeta.
Las metas ya han sido planteadas por los científicos que han advertido que para 2030 es urgente recortar a la mitad las emisiones de dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero que impulsan el aumento de las temperaturas globales.
Sin embargo, la semana pasada, la Organización Meteorológica Mundial advirtió que la cantidad de gases de efecto invernadero que atrapan calor en la atmósfera ha alcanzado un punto máximo en 2020 a pesar de la pandemia, haciendo más cercana la amenaza de aumentar en 1,5 grados Celsius o 2,7 grados Fahrenheit, lo que incrementaría la probabilidad de catástrofes climáticas.
El problema es que los países más poderosos no creen en que sea alcanzable la meta impuesta y todo apunta a que estamos condenados a temperaturas promedio globales 2,7 grados Celsius más altas para el fin del siglo.
Los próximos 12 días serán la última oportunidad para plantear nuevas metas para reducir las emisiones de la quema de carbón, petróleo y gas, si es que las existentes no tienen buen pronóstico.
Por ahora, el gobierno de Biden, según señala el New York Times, ha prometido que para 2030 va a reducir sus emisiones por alrededor de la mitad de los niveles de 2005, pero no está clara su estrategia para cumplir dicha meta. Lo mismo ocurre con los presidentes de China y Brasil que ni siquiera se espera acudan a la cumbre.
¿Cómo avanzar si los líderes mundiales no están comprometidos?
Publicar un comentario