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Los riesgos del exceso de ecografías

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El 80% de embarazos son de bajo riesgo.
20 de julio de 2015
Red star
Por qué es importante
El exceso de pruebas de ultrasonido durante un embarazo puede afectar el desarrollo del feto.

En Perú, a mayor nivel de ingreso de la madre, mayor es el número de pruebas de ultrasonido a la que expone a su bebé durante el embarazo. Las fotos de las pruebas de ultrasonido, que pueden llegarse a practicar hasta en cada una de las visitas de control, son especialmente bienvenidas por  los padres que desean conocer cómo se está desarrollando su bebé y a la vez tener alguna foto para compartir con los familiares y amigos en las redes sociales. Sin embargo, no está claro que tantas pruebas de ultrasonido sean necesarias desde el punto de vista médico y, lo que es peor, no está claro que los fetos no sean afectados por estas.

En 2014, el número promedio de pruebas de ultrasonido realizadas en Estados Unidos a mujeres embarazadas fue de 5.2 por parto. Es cifra es 92% mayor que la que se registraba hace solo una década. 

Los expertos médicos, por su parte, señalan que las pruebas de ultrasonido frecuentes en embarazos de bajo riesgo no se justifican. A continuación tres hechos que te permitirán formarte una idea sobre el problema.

  • En primer lugar, el 80% de los embarazos suele ser de bajo riesgo.
  • En segundo lugar, los expertos en medicina fetal recomiendan una prueba de ultrasonido a las 20 semanas para los embarazos de bajo riesgo. En los últimos años, han comenzado a recomendar una prueba a las 12 semanas. 
  • En tercer lugar, según un estudio publicado en 2013 en el Journal Seminars in Perinatology, el promedio de pruebas de ultrasonido realizados durante embarazos de bajo riesgo es 4.55.

A la luz de estos hechos, en mayo de 2014, diversas asociaciones de médicos, entre las cuales se incluía el American College of Obstetricians and Gynecologists, recomendaron realizar solo entre 1 y 2 pruebas de ultrasonido durante los embarazos de bajo riesgo.

¿Por qué la preocupación? 

  • En primer lugar, existe la creencia común de que las pruebas de ultrasonido, que se popularizaron en los años ochenta, son seguras porque no exponen al paciente a radiación potencialmente cancerígena. 
  • En segundo lugar, la tecnología ha cambiado y hoy la energía acústica que emiten los dispositivos es 8 veces mayor a la que utilizaban los equipos producidos antes de 1992. Más energía significa una mayor exposición al calor del feto. 
  • En tercer lugar, en diciembre pasado, la U.S. Food and Drug Administration (FDA) señaló que las pruebas de ultrasonido pueden sobrecalentar el tejido y producir pequeñas burbujas en algunos de ellos y que los efectos de largo plazo de estos todavía no se conocen.
  • En cuarto  lugar, en algunos experimentos en embriones de pollos y ratones ya han encontrado algunos efectos negativos de la sobreexposición al ultrasonido como la hiperactividad, las dificultades para la interacción social y los problemas de aprendizaje y memoria.
  • En quinto lugar, existe un vacío de información, pues no existen pruebas recientes que muestren que las pruebas de ultrasonido causen daño al feto durante al embarazo. La poca evidencia que existe se ha realizado con equipos producidos antes de 1992, cuando el procedimiento requería la octava parte de la energía acústica que hoy se emite y la frecuencia de aplicación de la prueba era menor. 

Los médicos tienden a recomendar a las mujeres embarazadas evitar el alcohol, los baños con agua caliente y el estrés excesivo. Sin embargo, no hacen ninguna advertencia respecto del exceso de pruebas ultrasonido. Quizás sea el momento de comenzar a hacerlo.