PERSONAS
El ministro de relaciones exteriores más joven del mundo
“Le falta experiencia”, “le faltan canas” o “le falta manejo político” suelen ser los tres comentarios más frecuentes que se utilizan para descalificar a una jóven promesa para ocupar un cargo de alta responsabilidad. Piensa en el último cambio de Presidente del Consejo de Ministros: mientras varios candidatos talentosos y jóvenes fueron descartados por alguna de las tres razones descritas, Pedro Cateriano fue elegido precisamente por tener la experiencia, las canas y el manejo político.
¿Hace falta tenerlos para tener una gestión exitosa en un alto cargo público? Austria ha decidido probar que no. Sebastian Kurz tiene 28 años y es el ministro más jóven de la historia de Austria. Kurz no es el ministro de la juventud o del deporte. Por si no lo conocen, Kurz es el ministero de relaciones exteriores, el mismo que hace poco fue anfitrión de las conversaciones respecto del acuerdo nuclear con Irán.
¿Casualidad? En efecto, Austria no es precisamente una potencia en materia de relaciones exteriores. Sin embargo, esto no le quita mérito a Kurz pues su agenda va más allá del acuerdo nuclear por Irán. Por ejemplo, actualmente, se encuentra abocado a implementar la Nueva Ley del Islam en Austria. ¿Por qué una Ley del Islam? Por tres razones:
- 1 de cada 5 residentes en Austria son inmigrantes.
- 200 austriacos musulmanes ya forman parte de ISIS.
- Hasta antes de la ley, el financiamiento de fuentes externas a asociaciones islámicas en Austria estaba permitido.
En esencia, la Ley del Islam busca que el número de austriacos enrolados en el ISIS no aumente y para ello impide que las operaciones de las asociaciones islámicas reciban dinero del exterior. La estrategia de Kurz, sin embargo, no es de persecución frente a las asociaciones islámicas. Por el contrario, busca que los inmigrantes musulmanes se sientan tan orgullosos de ser musulmanes como de ser austriacos.
Sus detractores señalan que su carrera no durará mucho, precisamente por su falta de experiencia. Kurz responde a esta crítica recordando que una ventaja de ser jóven es que en su generación nadie se imagina teniendo un mismo trabajo toda la vida. Esto, a diferencia de lo que ocurre con los políticos tradicionales.
La experiencia en cualquier oficio o profesión es, sin lugar a dudas, importante. Sin embargo, esta nunca es sustituto de la inteligencia. Por eso, quizás la mayor lección de la historia de Kurz es que no hay que tenerle miedo a apostar por el talento jóven para ocupar altos cargos públicos. Tener mucha inteligencia y poca experiencia puede ser determinante de una gestión exitosa pues la persona no tiene “muertos en el armario” de qué preocuparse. ¿Se animará a apostar por jóvenes como Kurz es el mandatario que asuma funciones en julio de 2016?
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