HISTORIAS
El orden de nacimiento de los hijos no afecta su inteligencia
Si eres es el último de los hijos de una familia es probable que te hayan dicho alguna vez que eres el el retoño, el benjamín, o el fruto del último esfuerzo de tus padres. En cambio si eres el segundo entre tres hermanos o estás al medio de un grupo mayor de hijos, te habrán dicho que eres el hijo sándwich y que no te darán la importancia que le dieron al primero ni los mimos que recibirá el último, como si tuviera alguna importancia el orden en el que uno nace en una familia.
A esto hay que añadir que durante mucho tiempo se ha creído que los primogénitos son más inteligentes que los siguientes hijos porque la pareja era más joven, se empeñó más en buscarlo, la madre probablemente se cuidó a conciencia y siguió todas las recomendaciones para estimular al feto, entre otros.
Sin embargo, parece ser que esa presunción no es cierta. Un reciente estudio denominado The associations of birth order with personality and intelligence in a representative sample of U.S. high school students, publicado recientemente en la revista Journal of Research in Personality, señala que de acuerdo a una evaluación de 377 mil estudiantes de secundaria de los Estados Unidos, no tiene gran importancia el orden en el que se nace en una familia respecto al nivel de inteligencia.
Y es que si bien el estudio encuentra que existen algunas diferencias en la inteligencia y la personalidad por el orden de nacimiento, estas eran tan pequeñas que no parecían tener relevancia práctica.
En cuanto a la personalidad, el estudio encontró que las diferencias eran algo mayores porque los primogénitos tienden a ser más extrovertidos. Vale la pena recordar que han recibido mucha más atención y estimulación, precisamente por ser los primeros. Como consecuencia son menos ansiosos que el resto de sus hermanos y pueden llegar a ser percibidos como más agradables, pero a nivel casi insignificante.
Los investigadores reconocen que lo que puede ser pequeño para un estudio, puede ser significativo para otro, pero siempre dependiendo de lo que se busca predecir o asociar. Además, defienden su tesis de que el orden de nacimiento no es una consideración importante para el desarrollo de los rasgos de personalidad o la inteligencia y que más bien hay otros factores que ameritan mucho más atención como el nivel socioeconómico de los padres y el género en términos de impacto en el desempeño de los hijos.
Finalmente, recomiendan realizar investigaciones longitudinales intrafamiliarmente para analizar la personalidad e inteligencia de cada hermano a la misma edad y en las cuales no se usen solo autoreportes de comportamiento sino medidas de observación y pruebas de Coeficiente Intelectual. También considerar otros factores como las diferencias de edad entre hermanos, la presencia de hijos que no sean biológicos, los factores perinatales como la edad de la madre, entre otros.
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