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Simone de Beauvoir: pionera de la igualdad de género

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EN SU MOMENTO, EL LIBRO DE SIMONE DE BEAUVOIR FUE PROHIBIDO POR EL VATICANO.
10 de agosto de 2015
Red star
Por qué es importante
En algunas partes del mundo, las diferencias de oportunidades entre hombres y mujeres todavía son enormes.

El Segundo Sexo de Simone de Beauvoir es uno de los libros más provocadores que se puedan haber escrito y no solo para quienes se consideran feministas. Se atrevió con todo, incluso con el título, para hablar sobre la mujer como quizá nunca nadie lo ha hecho y lo hizo a nombre de muchas que no podían hablar por miedo o porque realmente se habían llegado a sentir parte del segundo sexo.

La cruzada de De Beauvoir, sin embargo, no tuvo lugar en el siglo XXI, en Estados Unidos donde se ha reconocido el matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo, o en Finlandia donde la ley obliga a las empresas a contratar a más directoras mujeres. Por el contrario, tuvo lugar en 1949 en París, cuando, como la propia de Beauvoir parafrasea, nadie se preguntaba si las mujeres existían o si existirán siempre, qué lugar ocupan en el mundo o qué lugar deberían ocupar; o, siquiera si ser mujer es tener un útero.

Su éxito editorial, contrastó con las críticas que le hicieron de cuestionar instituciones clave en esa época como el matrimonio y la maternidad o hablar libremente de la sexualidad femenina y todas sus manifestaciones, incluyendo el lesbianismo y el travestismo, lo que llevó al Vaticano a considerarlo un libro prohibido.

Su gran aporte fue cuestionar el esencialismo biológico y atreverse a decir que la mujer es más que vientre y plantear de forma categórica que no es el segundo sexo y por lo tanto deben educarse como los hombres, ser pagadas como los hombres. Y eso no era en esa época ni ahora feminismo sino su reconocimiento como un ser humano completo.

Han pasado 66 años desde que se editó este revolucionario libro, y ahora las mujeres figuran en las listas de Forbes de millonarias y en las de poder por sus propios méritos; ganan premios Nobel; toman decisiones personales sobre su maternidad; viven abiertamente su sexualidad; deciden si quieren ejercer directa o indirectamente su rol de amas de casa; manejan aviones y van a la Luna; lideran países; influyen en acuerdos nucleares; definen si un país se queda o no en un bloque económico; y, sus decisiones sobre si suben o no las tasas de interés pueden afectar el rumbo económico de continentes completos.

Hoy las mujeres han confirmado en muchas partes del mundo y con innumerables ejemplos, la sentencia de Simone de Beauvoir de que no hay un sexo que esté primero que otro, sino dos sexos que son seres humanos por igual.

Sin embargo, aún hay regiones en el mundo, en que los desafíos para reconocerle a las mujeres el mismo derecho que al hombre a la educación, aún continúan.