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La regla de los 8 vasos de agua por día es solo referencial

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EL 70% DEL CUERPO HUMANO ESTÁ FORMADO POR AGUA.
28 de septiembre de 2015
Red star
Por qué es importante
Una adecuada hidratación evita la pérdida de memoria, el dolor de cabeza, la fatiga, entre otros.

En la mayoría de oficinas hay dispensadores de agua donde los trabajadores pueden servirse toda la que quieran beber. Por eso, a lo largo del día se puede observar que las personas van y viene hacia los dispensadores para servirse un vaso tras otro. A pesar de estas facilidades, algunos trabajadores optan por comprar su propia botella con la finalidad de medir mejor el número de vasos de agua diarios que se consume.

Y es que esa famosa regla de 8 vasos  con agua al día parece que está terminando por convertirse en una obsesión en la medida que todos los nutricionistas la incluyen como elemento clave de sus dietas.

Sin embargo, expertos como Robert Huggins de la Universidad de Connecticut afirman que es imposible determinar una dosis exacta que valga para todas las personas, porque diversos motivos determinan que los niveles de agua que requieren las personas sean bastante heterogéneos.

Para Huggins, más que la regla de 8 vasos con agua al día, lo que deben hacer las personas es hacer caso de su sed y en función de ella consumir toda el agua que necesiten beber.

Este PhD de la Universidad de Connecticut, afirma que cada persona tiene ritmos distintos y por eso no tiene sentido postular una dosis universal de agua para hidratarse. Por ejemplo, en la medida que el 70% de nuestro cuerpo está formado por agua, cuando se practica algún deporte, normalmente se pierde mucho líquido por lo que es recomendable poner atención a eso y beber el agua que la sed exija para reponer las reservas.

Entonces, la regla de beber 8 vasos con agua al día debe ser solo referencial.

En lo que sí parecen coincidir todos los expertos es que por naturaleza los hombres consumen más agua que las mujeres (ojo que la referencia a agua incluye aquella contenida en los alimentos y otras formas de líquidos), salvo que estas estén embarazadas, dando de lactar, o estén a dieta.

Finalmente, seguir la regla de nuestra sed termina siendo fundamental porque en los estudios sobre el nivel de consumo ideal de agua (que se han centrado no en la cantidad sino en las consecuencias de no beber suficiente agua), se llega a la conclusión que el consumo adecuado de agua de cada persona ayuda a prevenir los efectos de una mala hidratación en el estreñimiento, la pérdida de memoria a corto plazo, el rendimiento físico, el dolor de cabeza y la fatiga, entre otros.