Los datos pueden decir lo que tú quieras

Los debates ideológicos con frecuencia suelen echar mano de referencias a la evidencia "científica" o "empírica", principalmente con el propósito de ganar la discusión sobre un argumento donde generalmente la respuesta no es tan clara. Dos de los ejemplos más claros son los relacionados con los salarios mínimos y los derechos laborales; o con la conveniencia de que cierto activo del Estado (como por ejemplo el sistema penitenciario) sea transferido en propiedad, uso o gestión al sector privado. En estos casos, al igual que en muchos otros, los datos que sustentan la evidencia empírica pueden terminar diciendo prácticamente lo que uno quiere. Todo depende de a quién le pregunte uno. Detrás de este hecho pueden haber diferencias puramente metodológicas cuando se trata de investigadores probos y rigurosos o un claro interés por promover una agenda política o empresarial, especialmente cuando el financiamiento de los estudios no es transparente. 

Un estudio reciente publicado en la revista Nature, Raphael Silberzahn del IESE de España y Eric Uhlmann del INSEAD, confirma precisamente esto. Los autores enviaron la misma base de datos sobre 2,000 jugadores de fútbol en las primeras divisiones de las ligas de Inglaterra, Francia, Alemania y España a 29 equipos de investigadores y les preguntaron si es que los jugadores de color recibían más tarjetas rojas que los de tez más clara. 
El consenso fue que era 1.3 veces más probable que un jugador de piel oscura sea expulsado del campo que lo sea uno de piel clara. Sin embargo, lo más sorprendente de las respuestas de los investigadores era lo diferente que eran. Por ejemplo:

• Para 9 de los 29 equipos de investigadores, no existía relación significativa entre el color de la piel y la probabilidad de recibir una tarjeta roja. 
• Para 2 de los 20 equipos de investigadores que encontraron que existían diferencias, el grupo que  mostraba una mayor probabilidad de recibir una tarjeta roja era el de jugadores de tez clara.
• Para 1 de los equipos de investigadores, la probabilidad de que los jugadores de tez oscura sean expulsados del campo de juego era 3 veces la de los de tez blanca.

Así que ya lo sabes: la próxima vez que leas en un artículo la expresión "la evidencia empírica lo demuestra", no olvides que lo más probable es que existe también evidencia que demuestra precisamente lo contrario que estás leyendo. Lo más útil en estos casos es contrastar la mayor cantidad de fuentes, especialmente las contradictorias, para que puedas formarte tu propia opinión.