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La infidelidad puede heredarse
Imagina que tu pareja te dice que te ha sido infiel pero que no tiene la culpa porque es un asunto hereditario y que ya hay estudios científicos que sustentan este hecho. ¿Cuál sería tu reacción?
Probablemente, no cambiaría mucho tu sensación de sentirte engañado, pero sin duda te daría curiosidad saber un poco más sobre el argumento de defensa de tu pareja.
Precisamente, un estudio denominado Familiy Background and Propensity to Engage in Infidelity, elaborado por investigadores de las Universidades de Texas Tech y Nevada, Dana Weiser, Daniel Weigel, Camile Lalasz y William Evans, señala que la propensión de una persona para ser infiel está influenciada por su historia. Es decir, los mujeriegos hacen trampa porque sus padres también hicieron lo mismo.
El estudio exploró la forma en que las experiencias con la familia de origen se relacionan con la historia de la infidelidad de los individuos. Para ello, aplicaron una encuesta a 294 participantes, y encontraron una relación positiva entre la infidelidad de los padres, el estado civil de los padres, conflictos entre los padres, y la satisfacción marital de los padres, con una probabilidad mayor de que estos individuos se involucren en situaciones de infidelidad.
¿Cuánto aumenta la probabilidad de que los individuos sean infieles?
De acuerdo con el estudio, las personas con padres con historial de infidelidades, tienen el doble de probabilidad de hacer trampa a sus parejas. Y es que definitivamente, los padres influyen en todo, incluso en la percepción de los hijos sobre las relaciones románticas, el nivel de contacto físico apropiado en una pareja, lo aceptable y gratificante en las relaciones amorosas a nivel verbal y no verbal, entre otros.
Probablemente, en eso reside la importancia de conocer a los padres de la pareja para poder tener una idea de lo que este pueda haber internalizado en su vida como el prototipo de relación amorosa ideal. Observar la forma en que se trata uno al otro, el nivel de contacto físico que se prodigan, entre otros, son buenas señales de lo amoroso y dedicada que será la pareja hacia futuro.
La buena noticia es que los propios investigadores señalan que es posible romper el ciclo y no repetir el historial de infidelidades de los padres, ni cometer los mismos errores. Es decir, el historial familiar es un factor de predicción de la mayor predisposición a la infidelidad, pero no determina la misma. De lo contrario, no habría hijos de padres con ese historial que tengan relaciones personales saludables.
Así que si tu pareja te dice que su infidelidad no es su culpa sino de sus genes, ya sabes lo que hay que responder.
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