NÚMEROS
De Petrobrás a Electrobrás
Todo parece indicar que el escándalo de Petrobrás en Brasil, no se trata de una caso único o excepcional sino que es el hilo de la madeja del cáncer de corrupción que se ha enquistado en ese país.
En julio de este año, la policía federal arrestó a dos implicados en la construcción de una planta de energía como resultado de la investigación por corrupción en la firma Electronuclear, una filial de Centrais Electricas Brasileiras SA (Electrobrás), la compañía de electricidad estatal, a la cual se ha estado investigando por prácticas de fijación de precios y la formación de un cártel alrededor a la actividad del reactor nuclear Angra 3 (ha tenido retrasos y acusaciones de sobre costos desde que Luiz Inacio Lula da Silva reactivó el proyecto en 2000) y un esquema de sobornos políticos similares a los de Petrobras.
En ese momento, además se ejecutaron 23 órdenes de allanamiento en las mayores ciudades de Brasil, y la investigación involucra a las mismas firmas de ingeniería que ya están siendo investigadas por formar un cártel para cobrarle de más a Petrobras.
Ahora se ha conocido por una nota de Bloomberg que los abogados de Electrobrás que fueron contratados para realizar una revisión interna en junio, han involucrado a más de 100 funcionarios y USD 15 mil millones, 10 filiales y tres de los proyectos de energía más grandes de Brasil. Al respecto, ha trascendido que la empresa de auditoría KPMG LLP, se niega a firmar su informe financiero de 2014, como lo exige la Comisión de Valores y Bolsa.
De confirmarse todo lo que por ahora son especulaciones sobre presuntos actos de corrupción similares a los ocurridos en Petrobrás, el escándalo causaría un impacto inimaginable a la ya precaria situación económica del país carioca. Probablemente, por eso, a diferencia de lo ocurrido con la empresa estatal de petróleo, no ha habido mayor cobertura del caso de su contraparte en el sector eléctrico, salvo por la investigación federal que se ha abierto en virtud de dos demandas de accionistas en EE.UU. y las detenciones ya mencionadas.
Una de las mayores pruebas de la dimensión del problema proviene del propio caso Petrobrás, donde dos constructoras han reconocido haber pagado sobornos tanto en la petrolera como en la eléctrica.
La empresa no ha querido responder los cuestionamientos y más bien ha optado por tratar de completar su investigación interna que podría ayudar a evitar grandes multas y dañar su imagen, mientras aprovecha que la atención está puesta en Petrobrás.
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