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Tu dirección con tres palabras
Se estima que cerca de 4,000 millones de personas viven en lugares que carecen de una dirección precisa que pueda ser localizada en un mapa. Piense en todas las veces en las que se ha perdido por no poder llegar a un dirección que no tenía una lógica clara como aquellas que utilizan manzanas que no siguen una secuencia; peor aún, piense la realidad que viven miles de peruanos de asentamiento humanos donde las direcciones se fijan en función del número del peldaño de la escalera que atraviesa un cerro. ¿Le suena conocida esta problemática? Pues es muy común en Africa, Asia y América.
La dirección, al igual que la identidad, suele ser tratado como un accesorio trivial de la vida ciudadana, principalmente por quienes los han tenido siempre. Así como no tener una identidad genera una gran cantidad de privaciones para una persona, no tener una dirección puede mantener a una familia aislada del sistema financiero, de la posibilidad de tener un título de propiedad, del derecho a abrir un negocio y, por supuesto, de la capacidad de acceder a servicios como los de luz, agua, teléfono, internet, y por supuesto de recibir los productos que compró por eBay o Mercado Libre como Usted lo hace.
Introducir un sistema de direcciones en una ciudad que recién empieza o en una que fue construida a partir de un planeamiento urbano documentado es muy sencillo. Pero, ¿cómo se hace cuando se trata de economías informales donde no existen catastros, donde los registros no tienen cartografía básica o donde las invasiones masivas son más la regla que la excepción?
Hasta hace muy poco lo que se había intentado era tratar de aplicar los instrumentos de las economías modernas a estas realidades tan distintas. Los resultados no han sido muy halagadores a pesar del enorme gasto del que este esfuerzo estuvo acompañado. Por eso es que en muchos países de Africa, Asia y América Latina es posible encontrar en la puerta de una casa hasta cinco direcciones distintas. Este problema, aparentemente sin solución, generó una oportunidad para una empresa decidida a resolverlo. Esta empresa se llama what3words.
Lo que hizo esta empresa fue dividir el mundo en cuadrículas de 3x3 metros y asignarle a cada una de ellas una combinación de 3 palabras. Como en un diccionario hay alrededor de 40 mil términos, las combinaciones de 3 palabras posibles son de 64 mil millones. Con el sistema propuesto por esta empresa, cada dirección sería reemplazada por una combinación única de 3 palabras que sería asignada por un algoritmo. Sin duda se trata de un intento bastante prometedor que aprovecha la tecnología de geolocalización de los teléfonos móviles. Sin embargo, el sistema será exitoso solo si las personas lo aceptan y utilizan. Para el público en general, el uso de la aplicación es gratuito. Para las empresas, el uso es a través de un pago. El panorama para la empresa what3words es bastante prometedor. Por el momento ya se ha puesto a prueba probablemente en uno de los sitios más difíciles del mundo: la favela Rocinha en Río de Janeiro, donde viven unas 70 mil personas. La aspiración de Chris Sheldrick, fundador y director ejecutivo de la empresa, es que la aplicación se traduzca a más idiomas y que pueda llegar países que carecen de un sistema de direcciones y son altamente poblados como Indonesia, el cuarto con mayor número de habitantes del mundo. Sheldrick sabe que su sistema es aplicable a todo el mundo a diferencia del sistema de direcciones tradicional. Por eso sueña con que "algún día what3words reemplazará a las direcciones tradicionales". Con el tiempo, veremos si este sueño se cumple o no. Mientras tanto, ¿ya sabe la dirección de tres palabras del lugar donde está?
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