PERSONAS
Poniendo al Estado contra la pared
Muchas veces la presión de las industrias y los temores de los propios gobiernos a las reacciones de la oposición, puede llegar a ser tan grande que las agencias reguladoras no llegan a cumplir el rol para el que han sido creadas. Lo que a veces se piensa es que esto solo ocurre en países en vías de desarrollo, pero la realidad es que en todas partes “se cuecen habas”, un dicho popular para indicar que puede ocurrir en cualquier país del mundo.
Esto es lo que parece haber sucedido con la Food and Drug Administration (FDA) que pese a la recomendación de la agencias de salud para reducir los consumos de sal en la población, se ha resistido durante décadas a limitar el sodio en los alimentos procesados.
Hace ya casi unos 40 años, porque fue en 1978, Michael Jacobson, a través del Center for Science in the Public Interest, CSPI, presentó una petición ante la Food and Drug Administration pidiéndole una sola cosa, que establezca limitaciones al uso de la sal en los alimentos procesados.
No fue hasta 1983, que la FDA hizo algo al respecto, establecer que las etiquetas de los envases deben indicar en los contenidos de nutrición, la cantidad de sodio de cada alimento, pero no llegó a establecer ningún límite.
Más tarde, en 2005 la CSPI, reiteró su petición de 1978, y como hasta el año pasado no había una reacción de la FDA, interpuso una demanda contra la FDA en una Corte Federal a fin de que responda su petición de hace 10 años, cuando los plazos establecidos en las normas indican que debe resolverlas en 180 días.
Para Jacobson, el gobierno tiene miedo a la reacción de los republicanos y, por eso la FDA quiere responder con un proyecto de metas voluntarias de reducción de sodio en varios alimentos, con el fin de que eso impacte en la salud pública.
La Corte Federal estableció como plazo para la respuesta que le deben dar al CSPI, el 12 de febrero de 2016, y hay expectativa por saber qué hará la FDA, luego que las directrices dietéticas emitidas por el gobierno de EE.UU, dejaron de lado la versión de normas más estrictas sobre el consumo de sal.
Michael Jacobson es un activista por la salud pública, y conoce muy bien Washington por lo que sabe cómo hacer para ejercer presión.
Su estilo siempre ha sido provocador, por lo que no llama la atención la demanda contra la FDA. Una nota sobre el caso en Bloomberg señala que en una ocasión envió una bolsa de dientes cariados a los reguladores federales para protestar contra los anuncios de cereal azucarado dirigido a niños, ha liderado la lucha contra las grasas trans en la década de 1990, y, ahora está detrás de que se limite la sal en los alimentos procesados.
Todo un luchador de las causas justas.
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