IDEAS
Cuotas para mujeres en los directorios
En mayo del año pasado, entró en vigencia en Alemania, la denominada "Ley de Igualdad de participación de mujeres y hombres en posiciones de liderazgo en el privado y el sector público" con la cual el Estado busca garantizar que al menos el 30% de todos los puestos del consejo de supervisión de las empresas más grandes de Alemania estén en manos de mujeres.
Además, a partir de enero de este año, las empresas deben cubrir puestos vacantes con mujeres hasta 30% del umbral que se alcanza, y, las 3.500 empresas públicas deben presentar una estrategia para conseguir más mujeres en los puestos más altos.
Lamentablemente, todo parece indicar que los esfuerzos de inclusión no estarían dando todos los resultados esperados. Así se desprende de un estudio realizado para el Ministerio de Finanzas Alemán por FIDAR, una organización que promueve una mayor participación de la mujer en los Consejos de Supervisión.
En el caso de los Consejos de Supervisión, hay una mitad de miembros elegidos por los empleados y otra por los accionistas. En el primer caso solo 12.8% son mujeres y en el segundo solo 10.4%.
De las 102 empresas que están listadas en la Bolsa de Frankfurt, solo en 23.1% tiene mujeres en puestos de decisión, lo que equivale a un incremento de 1.8%, respecto a lo que se tenía antes de la vigencia de la norma, según refiere Spiegel. Claramente, esto significa que no se están cumpliendo las cuotas y solo 59 de estas empresas tienen un plan para aumentar el número de mujeres en puestos de decisión. La buena noticia es que solo dos empresas de este ejemplo, no tienen mujeres en el Consejo.
Esta circunstancia ha preocupado a la ministra de la Familia, Manuela Schwesig, quien ha salido a invocar a las empresas que cumplan con la cuota obligatoria que se ha introducido y no sigan haciendo caso omiso a la ley.
Una de las explicaciones que encuentra Elke Holst, director de investigación y economista senior en el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), que ha estudiado la igualdad de género en 2015, es que siguen manteniéndose las divisiones tradicionales de trabajo y los modelos de familia anticuados, lo que hace difícil que los cambios se den voluntariamente o en función de una ley que no contempla sanciones claras y contundentes.
Los críticos de la norma indican que hay un problema porque la norma no incluye a las sociedades limitadas que no tienen consejos de supervisión.
Para los países como el Perú, que observamos con interés el éxito que puede tener una medida de cuotas como esta, es lamentable que las empresas no reconozcan voluntariamente en Alemania y nuestros países, que la igualdad de género tiene implicancias económicas positivas siempre, pero sobre todo en contextos de escasez de mano de obra calificada.
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