Logo oe

Turkmenistán prohibe la venta de tabaco

Larger stan
Arrow red
La expectativa de vida es de 65 años.
18 de enero de 2016
Red star
Por qué es importante
El actual mandatario tiene una obsesión por el deporte y el cuidado de la salud que lo ha llevado a considerar que fumar es un flagelo para al población.

Turkmenistán, es un país situado en Asia Central que limita al noroeste con Kazajistán, al norte y noreste con Uzbekistán, al suroeste con Irán, al sureste con Afganistán y al oeste con el mar Caspio. Tiene una población de 5.1 millones de habitantes con una expectativa de vida de hasta 65 años.

Probablemente esto último es lo que haya motivado que el actual presidente de Turkmenistán, Gurbanguly Berdymukhamedow, a través de un Decreto, prohiba a todas las tabacaleras, la venta de productos a base de tabaco, bajo pena de multa. Con esta decisión pretende disuadir al menos de 10% de la población que aun fuma en ese país, de que continúe haciéndolo, según detalla The Independent.

De acuerdo a las Naciones Unidas, este país es uno de los más represivos y dictatoriales del mundo, porque existe una reiterada violación a los derechos humanos.

Bajo este nuevo Decreto, quienes opten por desobedecer la norma estarán sujetos a multas; sin embargo, como suele ocurrir en este tipo de circunstancias –aun cuando los medios controlados por el estado no lo digan-, ha surgido un mercado negro de contrabando.

El presidente Berdymukhamedow es un activo deportista al que se ve montando bicicleta o pescando en su tiempo libre, por lo que el tabaco es ajeno a su estilo de vida y lo considera un flagelo para la sociedad. Pero la guerra contra el tabaco viene desde el 2000, cuando sus predecesores prohibieron la publicidad de tabaco, fumar en lugares públicos, entre otros.

Con anterioridad a la norma, el presidente había encomendado al jefe del State Service for Protecting the Security of a Healthy Society que expulse a los fumadores del país y, ante su fracaso para lograrlo, tuvo que tomar la drástica decisión de dictar este Decreto.

Si bien, Berdymukhamedow ya había dado muestras de ser menos represivo que sus predecesores e incluso había eliminado otras prohibiciones, tal parece que el tabaco no es negociable para él. En lo que tampoco ha hecho concesiones es en la política, la religión y el control de los medios de comunicación.

Hacia futuro habrá que ver si crece el mercado negro o la medida termina por disuadir a los fumadores de dejar el hábito, aunque sin duda es terrible que el Estado pretenda imponer a los ciudadanos prohibiciones de esta naturaleza, en lugar de buscar crear incentivos como los impuestos para encarecer el hábito.