HISTORIAS
Los secretos pesan de verdad
Michael Slepia, profesor de la Universidad de Columbia, es un experto en secretos. No en contarlos ni guardarlos sino en estudiarlos. A través de distintos experimentos se ha dedicado a probar si los secretos pueden ocasiones cargas físicas excesivas en quienes los guardan, afectando así su capacidad de percepción y acción.
El resultado de uno de sus estudios recientes que se basa en cuatro experimentos diferentes es contundente: las personas que guardan un secreto importante cargan un mayor peso en sus espaldas, pero no solo metafóricamente. Slepia encontró que para quienes guardan un secreto, el mundo parece estar cuesta arriba. Por ejemplo, las distancias les parecían más lejanas y, en general, toda tarea física (incluso aquella vinculada a ayudar a los demás) les parecía requerir más esfuerzo que el que en realidad demandaba.
Es decir, los secretos pueden generar estrés y dañar la salud. Y ya sea que pienses en ellos o en el esfuerzo que debes hacer para guardarlos, mientras más lo hagas sentirás que el peso que debes cargar es mayor o que la cuesta del mundo que vives está más empinada. Por ejemplo, cuando las personas descubren ser portadores del virus HIV y están preocupadas por esta situación, se ha demostrado que enfrentan un riesgo mayor de ansiedad y depresión.
Sin embargo, el mismo profesor Slepia pone en perspectiva los resultados de su estudio al señalar que todo depende de cuánto una persona se preocupe de los secretos que guarda. Las personas que están contentas con mantener sus labios cerrados respecto de un secreto que les ha sido confiado no se sienten afectadas de forma significativa. Sin embargo, si una persona le dedica demasiados recursos o esfuerzo a guardar un secreto, entonces esto significa que tendrá menos energía para hacer sus demás tareas.
El efecto que tienen los secretos sería similar al de contener la ira frente a alguien. Así como las personas que perdonan a quienes les han hecho algo, sienten una carga mucho menor en sus vidas, cuando una persona revela un secreto ya sea a una parte interesada o al público en general, la carga que perciben sobre sus espaldas es mucho menor. Se puede conseguir el mismo efecto escribiendo los secretos en un diario.
H.R. Haldeman, el Chief of Staff del Presidente Richard Nixon, solía escribir en un diario todos los secretos de Estado que le eran confiados, entre los que se incluían muchos relacionados con el escándalo de Watergate. Si bien el descubrimiento de este diario lo llevó a la cárcel por 18 meses por cargos de conspiración y obstrucción de la justicia y que a la distancia poner por escrito secretos de Estado puede juzgarse como tonto e imprudente, para Slepia tiene todo el sentido. Haldeman sentía que los secretos eran una carga demasiado grande y le impedían hacer su trabajo así que optó por compartirlos con su diario, al no poder confiárselos a nadie más. Así que ya lo sabes. Si alguien se acerca a confiarte un secreto, no lo aceptes a menos que sea absolutamente necesario. Y si ya guardas muchos, trata de preocuparte menos por ellos, compártelos con alguien o escríbelos en un diario. Si no lo haces, sentirás que el mundo es más complicado de lo que realmente es.
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