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El hogar inteligente cada vez está más cerca
Había una vez una startup con sede en Palo Alto, California, dedicada a la automatización del hogar. Sus principales productos eran termostatos y detectores de humo, los cuales incorporaban sensores, conexión a Wi-Fi y la capacidad de aprender. De hecho la compañía, fundada en 2010, promocionaba su termostato como el primero en el mundo con la capacidad para aprender a partir de los ajustes de temperatura de los usuarios, programarse para mantener una temperatura agradable y ahorrar energía. El nombre de la startup es Nest Labs, y en 2014 fue adquirida por Google.
Nest era conocida inicialmente por su termostato inteligente, el cual tenía un diseño estilizado y tenía la capacidad de ajustar la temperatura en el momento adecuado, mantener a las personas en casa en una temperatura agradable y reducir el gasto en el recibo de energía eléctrica. A medida que pasó el tiempo, Nest incorporó entre sus productos un detector inteligente de humo y monóxido de carbono, así como una cámara conectada para monitorear el hogar. La ampliación de su alcance llevó a Nest a evolucionar hacia una plataforma para hogares inteligentes.
De acuerdo con un artículo publicado en Quartz, a inicios de octubre de 2015 Nest, ahora una subsidiaria de Google, abrió a desarrolladores externos el protocolo de comunicaciones Nest Weave, la tecnología clave que permite que sus productos trabajen juntos de forma fluida. Nest ha usado en los últimos cinco años esta tecnología para permitir que sus dispositivos conversen entre sí. En la conferencia Google I/O 2015, el gigante tecnológico anunció que pondría Weave a disposición de los desarrolladores, una movida que le permitiría imponer estándares y definir el ecosistema del Internet de las Cosas (IoT).
Cada vez hay más dispositivos con la capacidad de conectarse a Internet. Los fabricantes están incorporando sensores en dispositivos como bombillas (por ejemplo, Philips Hue), pulseras, cafeteras e incluso cepillos de dientes, con la finalidad de que estos puedan interactuar con Internet. Sin embargo, esta conexión no siempre es confiable y el nivel de servicio de los dispositivos decrece con el tiempo (sin olvidar tampoco que estos dispositivos pueden ser objeto de ataques de personas malintencionadas.).
En vista de ello, Nest incorporó en Weave el protocolo de redes inalámbricas Thread, el cual está basado en una red descentralizada, por lo cual un fallo en una parte del sistema no trae todo abajo. Los dispositivos de Nest se comunican entre sí, por lo que no requieren una señal fuerte de Wi-Fi (lo cual levanta las restricciones de ubicación de los dispositivos) y lo cual reduce los retrasos no deseados en la conexión (garantizando la rápida capacidad de respuesta que caracteriza a un hogar inteligente).
La apertura de Weave a desarrolladores externos permitirá que dispositivos tales como cerrojos inteligentes puedan conversar entre sí y con los dispositivos de Nest. Por ejemplo, si Nest Protect detecta monóxido de carbono, puede activar unas bombillas inteligentes para que brillen de color rojo y alerten a las personas en el hogar. Si bien Nest no pretende crear todos los productos para un hogar inteligente, la subsidiaria de Google ha tomado la iniciativa para controlar todos los dispositivos mediante un protocolo.
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