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Los desafíos normativos de los autos autónomos
“El futuro del automóvil está en los autos voladores”, podría haber pensado cualquiera al salir de ver la película Volver al Futuro 2 en el cine. Sin embargo, parece que no es así, todo indica que el futuro es de los carros autónomos.
Compañías como Google, Tesla, Mercedes – Benz, Uber y Audi ya han empezado a probar esta tecnología en las pistas. Los carros de Google, por ejemplo, usan GPS para saber su posición y están equipados con tecnología para detectar qué tan cerca están de otro vehículo y reconocer los signos de tránsito, peatones y ciclistas cercanos.
¿Le confiarías tu vida a un robot?
Según el reporte estimado de muertes que fue publicado en junio del 2015 por la NHTSA en Estados Unidos, aproximadamente 32, 675 personas murieron en accidentes de autos en el 2014. Estos ocurrían en su mayoría porque el piloto estaba borracho, distraído, no se quedaba en un solo carril, entre otras razones. Y es que la gran mayoría de estos accidentes ocurren debido al error humano, por lo que se estima que cuando se implementen los carros auto-conducidos, la tasa se reducirá en un 95%, según el analista Ryan Hagermann.
La implementación de estos carros también implicaría una significativa disminución de tráfico en la ciudad, ya que serían capaces de manejarse a más velocidad y estando más pegados sin el miedo a chocarse.
Debido a estos beneficios el Gobierno Federal de los Estados Unidos estaría pensando en invertir para dar impulso a la producción de estos autos, la suma de USD 4 000 millones con el fin de buscar reducir la cantidad de accidentes de tránsito.
Sin embargo, el principal problema para que esto se concrete no es el poco tiempo que tiene la tecnología, sino que más bien debe existir un marco legal que permita su operatividad, según señala una nota en CNET. Por eso el Departamento de Transporte (DOT por sus siglas en inglés) se ha comprometido a anunciar este año una política nacional para los vehículos autónomos que contribuirá a favorecer el desarrollo de políticas estatales homogéneas que permitan que los carros autónomos se mezclen con los vehículos del público y que los fabricantes pidan exenciones cuando identifiquen normas que obstaculicen sus invenciones como poder probar una flota de carros por un tiempo.
Por ejemplo, el modelo de BMW serie 7 que se estaciona solo tuvo que pedir una excepción para que la NHTSA permita que los dueños puedan utilizar esta opción estando fuera del vehículo y usando la llave remota.
Todo un desafío para la normatividad porque la tecnología está avanzando más rápido.
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