Andy Grove: el hombre del chip Pentium

Si bien para muchos oir el nombre de Andy Grove no significa nada, una cosa distinta ocurre con los amantes de la tecnología, aficionados, estudiantes y en general todos aquellos que aspiran a hacer una carrera en el área de computación. Y es que Andy Grove es conocido como uno de los “pilares de Silicon Valley”.

Grove acaba de morir a los 79 años y su muerte fue anunciada por la compañía donde trabajó la mayor parte de su vida.

El Washington Post en su artículo “Andy Grove, a Silicon Valley pillar, diez at 79”, rinde homenaje a un hombre que tuvo una vida de éxito al pasar de ser un refugiado de la Segunda Guerra Mundial, a presidente de Intel.

Grove nació en Budapest dos años antes de que la Segunda Guerra Mundial explotara. Cuando los Nazis llegaron a Hungría, él y su madre asumieron identidades falsas y luego, con la llegada del régimen comunista, huyeron hacia Estados Unidos. Ahí, se asentaron en Nueva York, donde Andy empezó a aprender inglés y a trabajar para sobrevivir, hasta conseguir hacerse de un PhD de la Universidad de Berkeley, California en ingeniería química.

Su llegada a Intel fue la que no sólo cambió su vida, sino en parte, al mundo entero. A su llegada, la empresa estaba compuesta por los dos fundadores y él, su primer empleado. Al inicio su valor como empresa se encontraba en menos de USD 3.000. Sin embargo, la empresa empezó a caracterizarse por hacer los mejores, superando de lejos a sus contrincantes. De esta forma, la empresa pasó a valer USD 2 mil millones, y luego de presentar el famoso chip Pentium, ascendió a USD 26 mil millones.

El paso de Grove por Intel estuvo marcado por el éxito. Se convirtió en el presidente de la empresa en 1979; en 1987 asumió el cargo de director ejecutivo y fue miembro de la mesa directiva desde 1997 a 2005. Intel fue una de las compañías que se encargó de propagar el uso de computadoras a lo largo del mundo. Claro, que las crisis no fueron ajenas a su paso por la empresa, y siempre supo asumirlas de la mejor manera. La empresa hoy es uno de los máximos exponentes de la tecnología.

Luego de retirarse, se dedicó, como muchos empresarios exitoso, al filantropismo. Para ello, donó millones de dólares de su fortuna a cosas como investigación científica y además fundó la Escuela de Ingeniería Grove en la Universidad de Nueva York.