HISTORIAS
Espionaje de grupos opositores
Es harto conocido que los grupos opositores a los intereses de las empresas suelen ser la piedra en el zapato en cualquier gestión empresarial. Y normalmente la estrategia que se sigue es tratar de neutralizar a dicho grupo.
Cuando esto no se consigue, en algunas ocasiones se apuesta a anticiparse a las acciones de los opositores, infiltrando a alguna persona de confianza que obtenga información clave para evitar que estos grupos hagan daño en la imagen o gestión de la empresa involucrada.
Un artículo de Associated Press, sobre el que se inspira esta nota, trata precisamente del caso de SeaWorld que ha reconocido que introdujo un trabajador de dicha empresa en una organización de defensa de los animales que se oponía al parque temático.
Según se da cuenta de los sucedido, para la empresa el fin justificaba los medios y era necesario anticiparse a lo que pretendía dicho grupo hacer en contra del espectáculo de Shamu (orca) de Sea World de San Diego.
El propio Joel Manby, CEO de Sea World Entertainment, ha salido al frente para señalar que las únicas prácticas que realizan buscan proteger la seguridad de sus empleados y clientes, y que rechazan cualquier práctica para espiar opositores porque no se alinean a los valores fundamentales y normas éticas de la empresa.
Como se sabe, People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), acusó a un empleado de Sea World llamado, Paul McComb, de hacerse pasar desde 2012 como un activista de derechos de los animales y de buscar incitar a la violencia en las manifestaciones para conseguir deslegitimar las acciones de PETA. Luego de estar suspendido por un tiempo, actualmente, McComb sigue laborando en el Sea World pero en otro departamento.
El principal cuestionamiento que hace PETA al parque temático está reflejado en el documental Pez Negro de 2013 que recrea la muerte de Dawn Brancheau por los traumas que le ocasionó la orca Tikikum, donde se observa que la forma en que se trata a las orcas y las condiciones en que estas son mantenidas en cautiverio, afecta su comportamiento y las vuelve más violentas. El impacto que tuvo dicho documental ha sido importante en términos económicos porque redujo la asistencia al parque y afectó la cotización de sus acciones, lo que ha devenido en la reducción de sus beneficios.
En noviembre del año pasado, Sea World anunció que va a terminar con los espectáculos de orcas en su parque de San Diego en 2017.
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