IDEAS
Los prejuicios retrasan la velocidad de nuestros pensamientos
Un hecho que todos conocen pero que muy pocas veces es discutido, es que las personas no siempre dicen lo que piensan. Usualmente las personas tienen prejuicios que se abstienen de decirlos, y que hasta puede somatizarse en ciertas enfermedades. Recientemente, se ha descubierto que esto genera el problema de que pensemos más lento.
Esto ha quedado evidenciado gracias al examen llamado IAT (Implicit Association Test, traducido como Test de Asociación Implícita). El examen se basa en la observación de que las asociaciones positivas dentro de un grupo propio suceden más rápido que aquellas de un grupo al que no pertenecemos. Lo mismo sucede con las asociaciones negativas, son más rápidas cuando se trata de grupos externos.
En otras palabras, si a mí me gusta un equipo de algún deporte, voy a demorarme menos en asociar algo positivo con este, de lo que me demoraría si tengo que asociar algo positivo con el grupo rival. Lo mismo sucede si me piden que asocie algo negativo con el equipo rival. Nuestro cerebro hace esa asociación más rápido. Así lo explica el artículo de ZME Science “Prejudice influences the speed at which you think”.
Con anterioridad ya se sabía el efecto de los prejuicios, pero se desconocía por qué ocurría. Precisamente el estudio citado, fue elaborado por la profesora Daria Knoch del Departamento de Psicología Social y Neurociencia Social de la Universidad de Berna, conjuntamente con otros actores, y ha permitido descubrir que sin importar que es lo que tengan al frente, el cerebro pasa por siete procesos: comienza cuando recibe el estímulo de la imagen y termina cuando el botón es presionado.
El número de procesos no cambia, lo que sí sucede según el estudio es que al momento de asociar cosas positivas con cosas que no nos gustan, y cosas negativas con cosas que sí nos gustan, algunos de los procesos se demoran más.
En este experimento se trabajó con 83 sujetos de prueba, los mismos que fueron sometidos a procesos de asociación sobre sus preferencias políticas y en clubes deportivos, conjuntamente con imágenes en pantalla que podían ser asociadas con algo sobre lo que tuvieran alguna preferencia.
El estudio ha servido para eliminar teorías que sostenía que habían procesos de más al momento de tener prejuicios, y era eso lo que nos hacía demorar al momento de hablar de algo que no nos agrada.
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